ETA ha matado a un policía nacional en el País Vasco. La noticia es triste. La más triste. Hacía bastante tiempo que no teníamos la obligación de darla.
En este asunto todas las editoriales están ya escritas. Así que solo reafirmaré los principios.
1) Nuestras Fuerzas de Seguridad detendrán a los culpables y nuestra justicia los juzgará. Y el único horizonte de los asesinos sólo puede ser el de 40 años de cárcel.
2) El único camino contra el terrorismo es el de combatirlo y derrotarlo. No se puede ni negociar ni transigir ni con ellos ni con sus tentáculos. Sólo cabe su rendición y la entrega de las armas. El crimen no puede obtener rédito alguno.
3) Es posible derrotarlos y estamos en el camino de hacerlo aunque nos cueste y no es eufemismo, nunca lo fue, “ sangre, sudor y lagrimas”. No puede jamás trasmitirse a la población que son indestructibles y que por tanto hay que llegar a “alguna solución”. Sería, estuvo en un trís de serlo, un suicidio y la inmolación de nuestros principios democráticos y de lo más esencial de los derechos humanos de derecho a la libertad y a la vida.
4) Hay que desterrar tentaciones , atajos y cantos de sirena. Ya hemos “explorado” demasiados. Y, de una vez por todas, repudiar esos repugnantes “colegueos, como el de ese tal “Follonero” (una formula televisiva en auge y que supone la más repulsiva y nociva de las telebasuras por frivolizar y corromper asuntos tan graves) con Otegui. Cuidado con volver a las malas andadas.
P.D. El inspector asesinado no era para mí un desconocido.