Bokabulario

Tiene razón: la Administración franquista funcionaba muy bien

Gran verdad: en la Administración franquista «estaba todo reglado» por «funcionarios profesionales». No había decenas de miles de cargos de confianza ni de enchufados; y las decisiones eran previsibles. Hoy pagamos tres millones de funcionarios, ¿y para qué?.

Me han contado que el PSOE todavía se está lamiendo los efectos de la derrota en Galicia. Pepiño está enchufando a sus siervos que han perdido el despacho en la Xunta en las oficinas y los entes administrativos que los socialistas controlan. Ésta es la Administración que tenemos: un pesebre para los políticos pagado con nuestros impuestos.

Hace unos días el Diputado del Común de Canarias, Manuel Alcaide, dijo grandes verdades:

-Antes, en la época del franquismo, no había Defensor del Pueblo, y yo creo que ni falta que hacía tampoco. Las Administraciones estaban muy controladas, se regían como si fuera un cuartel y funcionaban mucho mejor.

-Ya le dije antes que en la época de Franco, la Administración era como un cuartel. Existían funcionarios, secretarios, interventores, depositarios…, y estaba todo reglado porque eran funcionarios profesionales. Cuando llega la democracia a los ayuntamientos, pues se confunden, porque ya intervienen concejales que pueden tener preparación o no. En definitiva, el mundo administrativo se ha complicado excesivamente y ese es el trauma que nosotros tenemos.

Por decir estas cosas, Alcaide está siendo lichado por el PSOE, cada vez más cerca de sus raíces estalinistas de odio al disidente, mientras el PP, cobarde, se mira la punta de los zapatos.

Pero Alcaide tiene razón. El franquismo profesionalizó la Administración como nunca lo había estado antes, desde el siglo XIX, ni lo ha vuelto a estar. En los últimos años del régimen, no se exigía afinidad ideológica para ser funcionario. ¡Cuántos luchadores por la democracia han sido catedráticos o fiscales o jueces o periodistas! A partir de la transición, y sobre todo con las autonomías y el PSOE, la Administración fue descoyuntada y convertida en botín.

En el franquismo, la mitad del consejo de ministros actual no habría pasado de oficial de segunda en un cuchitril

ZParo, que afirma que se ha convertido en ingeniero de obras.
Bibiana Aído, la que dice que abortar es como «ponerse tetas».
Maritere Fernández de la Vega, que no sabe responder a las preguntas de los periodistas si no tiene la respuesta escrita en un papel.
Jesús Caldera, que fue ministro, y sostiene que Franco «obligó» a construir centrales nucleares.
Miguel Sebastián, que dijo que Expaña necesitaría 200.000 inmigrantes anuales.
Carmen Chacón… en fin. ¡Achaconante!
Pepiño Blanco, ¡¡ministro de Fomento!!
Sanidad Jiménez. ¿Qué sabe esta mujer de su Ministerio?
Mariano Fernández Bermejo y su mundo en colores, coño.
-La inefable Maleni.

¿Qué sería de Carod-Rovira, de Leire Pajín, de Anxo Quintana, de Revilluca, de Ernest Benach, Zerolo… si no fuera por la destruccion de la Administración? Al menos Soraya es abogada del Estado.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

Lo más leído