Dedicado a ese genio que no nos merecemos -salvo las 95.000 moscas que le han votado en la provincia de Salamanca- que es Jesús Caldera.
Acta de una reunión secreta que mantuvieron en el palacio del Pardo a finales de los años 50 el generalísimo Franco, el derrocado general Juan Domingo Perón, el general de las Waffen SS León Degrelle, el coronel de las Waffen SS Otto Skorzeny, el nacionalista croata Ante Pavelic y un enviado del emperador Hiro-Hito. El acta se custodia en la Fundación Nacional Francisco Franco.
-Mi general -dice Perón– aquí estamos unos grnades patriotas acogidos a vuestra benevolencia. Todos hemos tenido que dejar nuestras patrias debido a la persecución judeo-masónica internacional, salvo el afortunado camarada japonés. Hago de portavoz de todos nosotros para preguntarle su Vuestra Excelencia no teme que su gran obra sea un día demolida por los enemigos de España.
-Mi general -responde S. E.- voy a exponerle a usted y los demás visitantes mi plan para asegurar mi régimen. El primero, vivir cuanto más tiempo pueda y para eso he casado a mi hija con uno de los mejores médicos de España. El segundo, dejar bombas de relojería que estallarán dentro de unas décadas, cuando, supongamos, haya un Gobierno dirigido por un nieto de Negrín. Presten atención.
«Voy a obligar a los obreros a comprar automóviles 600 primero para que algunos miles se maten en las carreteras y después para que se olviden de sus reivindicaciones laborales.
«Obligaré al Real Madrid a ganar Copas de Europa para adormecer a las masas y convertir a su hinchada en una cantera de españolismo.
«Compraré los festivales de Eurovisión, mientras que un Gobierno socialista no se atreverá a hacerlo. El ridículo de los cantantes españoles será un factor de desgaste y desprestigio internacional del nieto de Negrín.
«También obligaré a las empresas eléctricas a construir centrales nucleares, de modo que pasado su período de vigencia ese Gobierno socialista tenga que cerrarlas entre protestas de los pueblos donde se encuentren.
«Obligaré a la industria catalana a crecer de tal manera que millones de andaluces serán desplazados a Cataluña y con el tiempo algunos de ellos ocuparán los puestos más altos en la región. Eso molestará a los catalanes de origen y creará un foco de tensión. Además no invertiré ni un céntimo en esa región traidora, de modo que luego los socialistas tengan que transferir tal cantidad de fondos públicos a Cataluña que los demás españoles se sentirán robados y protestarán.
«Convertiré el turismo en la principal industria española para obligar a la construcción de millones de viviendas. Se formará una burbuja que al estallar cuando surja una de las episódicas crisis capitalistas dejará cientos de miles de parados.
«He escogido a un editor de confianza, un tal Polanco, jefe de centuria del Frente de Juventudes, para obligarle a montar un periódico de izquierdas, que dirigirá algún falangista, como Emilio Romero o Haro Tecglen o a uno de los Cebrianes. Se ganarán a los lectores de izquierdas y apoyarán a los socialistas hasta que en el momento adecuado empezarán a atacar al nieto de Negrín. El desconcierto en la horda marxista será mayúsculo.
«Y no podemos dejar de contar con los miles de hijos y nietos de miembros del Ejército de la Victoria, de mi Guardia y del Movimiento Nacional que trabajarán en la Administración y quizás hasta en el Gobierno.
«Aunque un socialista llegue al Gobierno en unos años habrá tres o cuatro millones de parados que le derrocarán y la gente de orden reclamará a un general como yo.
«Está todo atado y bien atado.»
-Mi Caudillo -dijo Degrelle después de unos instantes de silencio- es usted más sagaz y más inteligente que mi admirado Führer.
S. E. pidió agua de Vichy para todos y brindaron felices. José Luis Rodríguez Zapatero, que acababa de ser concebido -es decir, era un ser vivo, pero no un ser humano– ni sospechaba que su destino ya estaba trazado por el personaje que admiraba su abuelo, el único que conoció.
