Leo al ideólogo de PRISA, Juan Luis Cebrián, y creo que tiene toda la razón en su denuncia. Lo que ha hecho ZP con la televisión de pago es impresentable, es cortijero, suponen favorecer a los “amiguetes” para , en el fondo, favorecerse a si mismo buscando tener con ello un grupo mediático a la orden y en primer tiempo de saludo.
Tiene razón Cebrían. Sí. Pero el único en España que no puede decir ni pio, el único que no puede protestar por ello es el señor Cebrián.
Porque resulta que de lo que ahora se queja es exactamente de un trato de favor clamoroso y desvergonzado del que ellos se favorecieron con los gobiernos del PSOE en el pasado. Cuando dice que es alucinante que se cambie la ley para que el amigo sea el exclusivo beneficiario, está retratando aquel atropello de conceder un canal de pago y luego permitir que emitiera en abierto conculcando todo lo que fue Fue exactamente lo que hicieron con Canal Plus para poderlo convertir en la Cuatro. Aquella , y muchas otras, fueron las mercedes otorgadas al otrora mimado imperio Polanco. Vamos, que lo recetado a PRISA es su propia medicina.
Y lo que ahora escuece es que ya no son ellos los favoritos, o al menos no lo son en exclusiva. Porque favores les siguen haciendo en estos tiempos duros donde la fortaleza que parecía inexpugnable se tambalea carcomidos los cimientos por unas deudas de dimensiones siderales.
Pero ¿hasta donde llegará el enfado?. ¿Supondrá la apertura de la línea crítica con el Gobierno?. No creo, como tampoco lo creen los fontaneros de Moncloa. PRISA (El País y la SER) no sólo tiene ese flanco débil de su precaria situación económica, es que además está maniatada por su propia y últimamente extremada trayectoria y hasta por sus periodistas, lectores y oyentes. ¿Es imaginable que quienes han sido parte esencial de las estrategias de propaganda gubernamentales puedan variar radicalmente el rumbo de un día para otro? El estupor de su “público” iba a ser tan absoluto como su desconcierto y desazón que podrían llevarlo al abandono. Se han entregado tanto (lo último con el Gurtel, Camps o Rita y las filtraciones diarias siendo utilizados de correa de trasmisión sistemática) que ahora no tienen manera de zafarse de su propia trampa. Zapatero sabe que, en el fondo, están obligados, aunque sea rechinando los dientes a apoyarle. Y le apoyarán. No lo duden. No les queda otro remedio.