Bokabulario

Cómo los Kennedy se convirtieron a la religión abortista

Ted Kennedy acaba de ser despedido con el silencio del Vaticano. El último patriarca de la familia real de EEUU fue uno de los promotores de la legalización del aborto, así como de todos los proyectos de ingeniería social del Imperio Progre, incluso el gaymonio. ¡Una vez que el hombre empieza a bajar voluntariamente hacia el abismo, su paso se acelera hasta ser una carrera! ¿Cómo un político católico pasó de ser pro-vida a ser abortista?

El senador Ted Kennedy era considerado como uno de los suyos por los grupos abortistas, al igual que Obama. Sin embargo, en 1971, un año después de que el estado de Nueva York hubiera legalizado el aborto, en una carta a un elector, Ted Kennedy había escrito que la vida humana, «deseada o no», debía ser protegida desde su comienzo.

¿Cómo él y sus descendientes se pasaron al otro lado? Un artículo publicado en el Wall Street Journal lo explica. Como ya es habitual, esta información no ha aparecido en la prensa de papel de pago española; yo me he enterado gracias al blog de un amigo. La respuesta se halla no sólo en los fondos que aportaba -y aporta- el lobby abortista a las campañas electorales. Como en cualquier conspiración descrita por masones y liberales del siglo XIX, hay jesuitas manipulando las voluntades.

Politicians also began to realize that, despite the Catholic Church’s teachings to the contrary, its bishops and priests had ended their public role of responding negatively to those who promoted a pro-choice agenda.

In some cases, church leaders actually started providing cover for Catholic pro-choice politicians who wanted to vote in favor of abortion rights. At a meeting at the Kennedy compound in Hyannisport, Mass., on a hot summer day in 1964, the Kennedy family and its advisers and allies were coached by leading theologians and Catholic college professors on how to accept and promote abortion with a «clear conscience».

The former Jesuit priest Albert Jonsen, emeritus professor of ethics at the University of Washington, recalls the meeting in his book The Birth of Bioethics (Oxford, 2003). He writes about how he joined with the Rev. Joseph Fuchs [jesuita], a Catholic moral theologian; the Rev. Robert Drinan [jesuita], then dean of Boston College Law School; and three academic theologians, the Revs. Giles Milhaven [jesuita], Richard McCormick [jesuita] and Charles Curran, to enable the Kennedy family to redefine support for abortion.

Mr. Jonsen writes that the Hyannisport colloquium was influenced by the position of another Jesuit, the Rev. John Courtney Murray, a position that «distinguished between the moral aspects of an issue and the feasibility of enacting legislation about that issue». It was the consensus at the Hyannisport conclave that Catholic politicians «might tolerate legislation that would permit abortion under certain circumstances if political efforts to repress this moral error led to greater perils to social peace and order».

El riesgo para la paz social o el consenso es un argumento muy habitual en los teólogos y clérigos posconciliares. Es una excusa empleada por los obispos nazionalistas baskos para evitar la condena a ETA.

En vacaciones he leído la biografía del jesuita San Edmund Campion escrita por Evelyn Waugh y editada por HomoLegens. Campion era un erudito de Oxford que tenía el favor de la corte de la reina Isabel, pero abandonó el mundo por la verdad: se hizo jesuita y regresó a Inglaterra a predicar y administrar los sacramentos a los católicos perseguidos; fue detenido, torturado y ejecutado en 1581. Él, que contendió con los teólogos anglicanos sabiendo que estaba en juego su vida, ¿qué sentiría ante los teólogos jesuitas que cuatro siglos después argumentan a favor del voto de los políticos católicos en la legalización del aborto?

¿Y por qué el aborto, sin ninguna piedad ante la madre y el feto -los socialista expañoles rechazan el uso de fondos públicos en apoyar a las embarazadas-, es un dogma de la religión progre? ¿Es sólo por dinero? ¿Hay también maldad y odio al hombre como criatura de Dios?

Por fortuna, y gracias al activismo de muchos cristianos, que en ocasiones no son apoyados por sus jerarquías, la opinión mayoritaria en Estados Unidos es ahora contraria a los beneficios del aborto.

CODA: Sobre la familia Kennedy y la inmensa ambición de poder que los fundadores de la saga, Joseph Patrick Kennedy y Rose Elisabeth, inculcaron en sus hijos, es recomendable esta lectura. El destino de los tres hijos varones mayores sive como meditación para comprender que nada puede la voluntad humana frente a Dios: el último varón es el que sobrevive a sus hermanos elegidos para la gloria y el que, voluntariamente, se convierte de líder de los católicos en abanderado del lobby abortista.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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