La corrupción es mucho más profunda de lo que nos imaginábamos. No vivimos en una democracia, sino bajo una partitocracia.
Hace casi 40 años, había capitales de provincia en las que sólo tenían coches oficiales el alcalde, el capitán general, el gobernador civil y el presidente de la diputación. Ahora los tienen todos los concejales del equipo de gobierno y la mitad de los de la oposición, el rector y los vicerrectores (¿hay alguna capital de provincia sin universidad?), los mandamases de las empresas públicas municipales y autonómicas, los delegados de Madrid y de la autonomía… Echad números.
Me creo muy poco de las informaciones de la Operación Gürtel hasta que no haya pruebas (en El País están empeñados en que un informe polical constituye prueba… como en el franquismo) y se produzca un juicio contradictorio, pero hay cosas irrefutables. Los tontos y los pagados defienden al partido que aman mientras llevan la cuenta de los pecados y los delitos de los partidos que odian. Cuando saltó el escándalo de Félix Millet en Barcelona, los progres y los nazis estaban empeñados en destacar que el tal Millet había sido miembro del patronato de una fundación vinculada a la Faes, olvidándose de que el fulano en cuestión llevaba robando y repartiendo billetes a toda la casta catalanista desde hace 30 años.
Ya no se trata de que un Borjamari o un Oriol o un Pepeluí robe más o menos que el de al lado. Se trata de saber si vivimos en una cleptocracia como el México del PRI o la Italia del pentapartido.
Con más de cuatro millones de parados, es indignante la vida de sultanes marroquíes que se están pegando unos caciques, que en el sector privado no servirían más que para vaciar papeleras.
–Leire Pajín cobra casi 600 euros al día. Más que los parados que están cobrando la ayuda de urgencia dada por su amo.
-El desvío de fondos del Palau por la familia Millet ronda los diez millones de euros
-La hija del presidente del Senado, implicada en el ayuntamiento de Estepona.
-Condenado un ex concejal del PP de Palma que se gastó más de 50.000 euros en prostitución.
-El Gobierno vasco sólo financiará el Guggenheim si se somete a los controles del sector público.
-El alcalde de Madrid nos sube los impuestos para pagar (parte de) sus derroches a cuenta de los Juegos Olímpicos. Si Camps recibe un jamón o un traje es un escándalo; si Gallardón regala jamones y maletas a periodistas, es un detalle.
–Los Albertos. ¿Qué puedo contar de estos empresarios modelo, absueltos por el Tribunal Constitucional en una sentencia escandalosa? Se les está juzgando por una estafa procesal. ¿Volverán al TC?
–Pasqual Maragall, que nunca ha cobrado un sueldo del sector privado (ha sido funcionario franquista, alcalde y presidente de la Generalidad y ahora cobra una pensión como ex presidente) habla de insumisión fiscal. ¿Y por qué tenemos que pagar los demás sus ingresos? ¡Los locos al poder!
¿Cuánto nos ahorraríamos si limitásemos los cargos públicos y los asesores a unas docenas y no a miles?
(Tres meses después de que ZParo anunciase el cierre de la central nuclear -y franquista- de Santa María de Garoña, Rajoy la ha visitado y ha dicho que él no la cerraría. ¡Qué legionario! ¡Y qué ocasión tiene ahora el PP para cambiar de líder! La sustitución de MariAAAAAAAAno por alguien más activo sería un contragolpe demoledor.)
