Nuestro optimista presidente anunció ayer que “la vuelta al crecimiento económico es inminente”. Lleva con eso y lo de los brotes verdes ya ocho meses en las que hemos seguido pasándolas de a kilo pero en esta ocasión puede que algún dato le avale, para general alegría. Desde luego con la mía porque año y medio de recesión ya nos tiene suficientemente machacados como para desear que siga. Sobre todo viendo que nuestros vecinos franceses y alemanes ya llevan un par de trimestres de ventaja en la salida de la crisis.
Lo que señalan los expertos es que el último trimestre podría arrojar alguna décima positiva en recuperación del PIB y que este caerá en el año un poco menos de lo previsto : un –3,5 o –3,6. Las previsiones para el año próximo también parecen ser un poco más benéficas, aunque hay quienes siguen pronosticando que en el computo global el año seguirá en negativo, entre un –0,3 o –0,7, y que puede crecerse quizás un + 0,3 dicen algunos. Algo es algo, aunque como decía el otro día el socialista francés, Michel Rocard en el Campus de la excelencia del diario «Negocio» ,que no nos cuenten cuentos porque estaremos todavía lejos de recuperar el nivel de riqueza de cuando comenzó la crisis. Aquí y en su Francia.
Sin embargo, con todos los matices este si que será un dato en positivo. En verdad positivo y no todas las milongas que nos han venido contando y que han socarrado de tal manera la confianza que ahora cuando de verdad aparecen signos esperanzadores el escepticismo siga siendo dominante.
Que razón tiene para serlo. Sobre todo una y esencial. Que la crisis en España se llama 4,5 millones de parados(sin trampas) y subiendo y con el numero de cotizantes a la Seguridad Social por debajo de los 18 millones(casi dos menos que hace un par de años) y bajado . Esa es nuestra crisis particular y dramática. A la que no se ha sabido plantar en todo este tiempo la debida cara y que , al fin y a la postre, es lo que pesa como una losa en la consideración del Gobierno.
Los ciudadanos sólo entenderán, en verdad, que lo malo ha pasado, sin eufemismos, cuando se empiece a crear empleo neto y sin maquillajes. La esperanza es que la reactivación económica traiga esa respuesta rápida. Pero no parece tan fácil y , aunque pueda haber espejismos como los de este verano, el horizonte de recuperación es aquí mucho más tenebroso. La opinión más extendida es que hasta crecer por encima del 1,5% o incluso del 2% las cifras no empezarán a menguar de manera apreciable.
P.D. La noticia de la rebaja en la calificación de nuestra deuda de “estable” a “negativa” es un varapalo muy serio. Peor aún puede ser que suban los tipos de interés porque las “locomotoras” europeas estén ya “tirando” y nosotros no hayamos arrancado todavía. Porque está muy claro que nos hemos quedado en el furgón de cola.
