La clave está en una pregunta. ¿Qué había mas en la manifestación de los sindicatos? ¿Trabajadores parados o liberados blindados?. De la respuesta depende casi todo y conocerla significaría saber cual es el verdadero estado, la función y el papel que las organizaciones sindicales están desempeñado en la sociedad española?
La convocatoria del sábado en Madrid y la movilización a nivel nacional, con transporte incluido, de todas sus fuerzas deja tras de sí, más allá de la consabida pelea de cifras, una enorme perplejidad. Entre la ciudadanía en general absoluta, pero incluso entre los propios estamentos laborales. Con casi 4,5 millones de parados a los sindicatos sólo se les ocurre cargar contra los empresarios. ¿Contra que empresarios?. Contra esos pocos enormes o de rostro innominado o contra los 300.000 que han cerrado sus pequeñas empresas?
Si ha quedado clara, sin embargo, una cuestión. Al Gobierno y a Zapatero ni rechistarle, ni una regañina, que está muy necesitado de cariño elpobre y así se lo pide a Cándido el pobre José Luis. El sábado UGT y CC.OO han unido de tal manera su suerte, y su prestigio, a la política económica de este Gobierno que quizás hayan firmado con ello un más que peligroso compromiso que puede dejarles un futuro más que peliagudo.
Mendez, Toxo y ZP son desde este fin de semana el mismo cartel electoral. Los sindicatos son ya un apéndice, sin careta alguna, de la política del actual ejecutivo. Es una apuesta arriesgada. Lo es aún más para CC.OO que para UGT. Aquella idea de los sindicatos alejados de la fórmula “correa de trasmisión” de los partidos ha quedado definitivamente arrumbada. CC.OO. ha dado un paso inaudito, de no serlo del PCE ahora lo es en segundas nupcias, la esposa formal es UGT, del PSOE.
La manifestación como si no hubiera razones en carne viva y en trabajo muerto para hacerla se fue por otros cerros. Como no se podía criticar al Gobierno se optó, ya que algo tenían que hacer, por hacerla preventiva. O sea, que era contra lo que se supone que quieren hacer los satánicos empresarios. En vez de una pancarta que todos hubieramos entendido , un “No al paro” lo que hubo fue un discurso de Woiyoming, o como leches se escriba, que no me da la gana de mirarlo y menos cuando se que es un señor que se apellida Monzón.
Porque eso es tal vez lo que mejor define a la representación teatral-sindical, la guinda de un histrión sectario erigido en símbolo y mascarón de proa, de que un día fueron , hubo un Camacho y un Redondo, sindicatos libres y obreros que representaban a los trabajadores de España.
P.D. La Marea alcanzó ayer el millón y medio de páginas leidas desde que empezó su andadura. Este año son ya más de 500.000 las páginas visitadas. Al acabar 2009 les haré un resumen de sus datos, donde destaca tambien el número de comentarios que sobrepasan de media el centenar por entrada.