La Marea de Pérez Henares

Descrédito sindical …y réplica al histrión Wyoming que me señala en su programa

La manifestación de los sindicatos puede haber tenido efectos demoledores en la opinión publica. Sobre todo sobre los propios sindicatos. Y no de un sector, el de sus denostados empresarios, sino de todo el conjunto de la sociedad española, de las gentes del común e incluyo en ello a no pocos trabajadores.

Porque la manifestación, amen de fiasco de cifras a pesar de todas las facilidades de transporte- hubo más hasta en la de los cazadores, por ejemplo según el diario “El País- ha desvelado de manera radical como es y como funciona el sindicalismo en España. Y la foto es perversa para los fotografiados. Más allá incluso de la del “sindicalista” de pro haciéndose lustrar los zapatos por un limpiabotas en Sol con bandera catalana y logo de CC.OO a la espalda que ha sido demoledora. Por una foto así lincharon a Javier Arenas en Andalucia al grito de “señorito” .
Pero ni siquiera lo peor es esa foto. Porque aunque a algunos nos duela profundamente constatarlo ya que hasta ayer y en algún caso desde su misma creación, es mi caso y Comisiones, nos hemos sentido aunque cada vez con mayor desazón unidos a lo creíamos significaban, lo cada vez más evidente es su adulteración completa. Hoy los sindicatos han pasado a ser un fin en si mismo, el sindicalismo una profesión “liberada” y blindada y ante todo lo que parecía defenderse no era otra cosa que el propio interés de organización y de quienes, por decenas sino cientos de miles tienen en esa “profesión” una garantía de trabajo estable. Porque si ya supone una cierta adulteración de la democracia hacer de la representación política una profesión y una casta, convertir en eso mismo la representación de los compañeros de trabajo repele a cualquier razón y a cualquier ética.
El desprestigio sindical era creciente pero a partir de ahora ha entrado en una sima de difícil salida tras escenificar que no es más que pura correa de transmisión partidista, cómplice de la política económica de Zapatero y reverso de su propio cartel electoral. La manifestación si que ha puesto algo de manifiesto . Rotunda y muy claramente: que los sindicatos se defienden, ante todo y sobre todo, a sí mismos. Que por lo que clamaban era por su propia condición y estatus. Con un asunto de enorme gravedad que en esta ocasión destapa más que nunca sus vergüenzas : que en absoluto están en la piel de los 4,5 millones de parados. Que ese problema, que acosa más que ningún otro a las clases populares españolas, que angustia a las familias y a toda la sociedad española , no parece ser precisamente el que les quite el sueño a ellos ni a sus aliados, esa presunta izquierda de salón y de poder que estuvo magníficamente representada por el histriónico y sectario Wyoming . Todo un símbolo, como el de la famosa foto.

P.D. El histrión Wyoming ha honrado a varios contertulios que participamos ayer en Madrid Opina (Melchor Miralles, Fernando Fernandez y un servidor) repescandonos en su programa. Lo mejor de todo lo que ha dicho amen de las descalificaciones ha sido que el no tiene responsabilidad alguna en la emisión del video donde, manipulando y pegando frases hacian decir a Herman T. que el mataría a 15 pacifistas, a Zapatero y a 25 jóvenes. El bufón es un cobarde que se quita de enmedio porque sabe que ahí le aprieta elzapato legal.
Lo que anoche dije y hoy he repetido en la respuesta en Veo es muy claro.
1) Deslindo y separo nitidamente la agresión a Herman del video del programa de la Sexta.
2) Sobre lo primero que la polcia dictamine y ponga a disposición judicial al agresor.
3) Sobre el video emitido deberá dictaminar el juzgado. Porque es de Juzgado. Me me parece un delito. De calumnia sin duda, pero ademas dolosa y utilizando de manera tramposa y vil voz e imagen para dar una imagen repulsiva de una persona.
4) No considero en absoluto que esto sea humor, ni vale como excusa. Es una vieja fórmula, patentada por Goobels y depurada por Stalin que consiste en destruir al enemigo político descalificando a su persona, vejando y manchando su imagen y reputación demonizandolo y destruyendo su credibilidad y dignidad personales. Eso es lo que hace este tipo y me parece repugnante. Se cebe con este periodista o con cualquiera.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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