La Marea de Pérez Henares

¿Tienen algo mejor que ZP?

Raúl de Pozo , que es el periodista que más habla con Zapatero, tiene toda la razón cuando afirma que “no lo den por muerto ni lo vean, aún, como el malogrado profeta desarmado” . Más allá de la seducción que el poder y el personaje puedan ejercer sobre el periodista, la percepción del columnista resulta bastante más atinada, por conocimiento, olfato y veteranía que esta especie de clamoreo que se ha levantado sobre el futuro de ZP, al torcerse por unanimidad las encuestas, empezar a tropezar hasta con las cámaras que tanto le han amado y sobre todo, ante todo y para todo, tener una cola que le da muchas vueltas al Palacio de la Moncloa, la del paro.

El presidente ha perdido en estos dos últimos años muchas cosas. Pero una es la esencial: su credibilidad. A Zapatero son cada vez menos los que le creen y son cada vez más los que piensan que les vende humo o incluso que, sin más, les miente. Porque aunque los publicistas de que se rodea crean que con un par de spot se tapa la memoria la ciudadanía aún le queda alguna. Sobre todo cuando la sufre en carne viva o en cercanías. Y es difícil olvidar el desastre económico y los 4,5 millones de parados, sobre todo cuando a quien le “ha pasado lo peor”-penosa frase del Gobierno como lo fue negar la crisis con seudónimos- es a un mismo o a alguien muy cercano.

Esa la tiene mal Zapatero y serán hechos ya lo único que la recupere. No valen más discursos. O hay recuperación de verdad y esa la canta el paro, o esa brecha no es posible cerrarla con un sector del electorado que un día lo apoyó.
La otra que tampoco es manca es la cuestión nacionalista. Montilla y el PSC actúan como cualquier cosa excepto como socialistas hermanados al PSOE. Al borde mismo del monte en el que un día se subió Ibarretxe, se ha embarcado en un camino de colisión y enfrentamiento de la mano de ERC y sus soflamas continuas contra España y contra la Constitución que votaron, les dio autonomía pero que por supuesto y como a todos los obliga a su cumplimento.

El error que partió, no se olvide, de Zapatero y aquella insensata puesta en solfa hasta del mismo concepto de Nación, es una amenaza para el Gobierno, el PSOE pero también para toda España y su ciudadanía. Lejos de resolver nada lo que ha hecho ha sido abrir la caja de todos los truenos y propiciar que hasta tipos como Laporta tengan lugar en esa lumbre que el ayudó a prender.

Lo que escribo lo ha dicho Alfonso Guerra, el hombre que tanto fue y que aún es como referente en el socialismo, por mucho que lo menosprecie Montilla. Es, además, presidente de Comisión Constitucional que algo adecentó aquella declaración casi sin encubrir de independencia que era el Estatuto cuando llegó de Cataluña y Maragall. Guerra sabe mejor que nadie que lo paso de “anticonstitucional” con todas las letras y artículos a “inconstitucional” en algunos asuntos esenciales: autoproclamación como Nación (no está en el articulado pero si en el preámbulo, la ruptura de la unidad jurisdiccional, fiscal y territorial (el asunto de la veguerias) y la lengua.

Lo que ha dicho Guerra es, y eso lo sabe ZP, es lo que siente la mayoría de su militancia y sus votantes. Lo que ha dicho Montilla contra Guerra a quien hace daño es al PSOE.

Zapatero tiene torcido el asunto. Eso es indudable. Y ahora también el calendario, ese que tuvo a Rajoy los dos años de atrás contra las cuerdas donde o ganaba las europeas y las gallegas y pintaba algo en las vascas o lo metían en el traje de madera. Pues ahora a quien se le acercan los “idus” es al presidente. Las catalanas este año y las municipales al que viene. Malos toros y aún peor lidia posible.

Pero no está muerto, como dice bien Raul del Pozo. Primero porque no hay otro. Ya se ha preocupado él que no lo haya. Alrededor del líder supremo no han crecido nada más que comparsas. Ha eliminado, estos también, cualquier “brote verde” de otro posible liderazgo acumulando más poder interno que nunca nadie haya acumulado en el PSOE. Puede salir , desde luego, pero eso sólo sucede después de la hecatombe y el terremoto. Para eso ha de producirse el colapso. Como sucedió cuando emergió el mismo en las ruinas del felipismo. Es ley de vida para que algo se cree es necesario que algo se destruya.

Zapatero el lo que tiene el PSOE. No es, seguramente, el mejor, pero es el único que el mismo ha dejado. Pero además, los cadáveres presuntos tienen en política la mala costumbre de resucitar. Y ZP hasta sus peores enemigos le dan como mucho por herido. El repunte económico es su bálsamo y la creación de empleo su talismán. A eso fía el 2012. Si el paro baja, pero de verdad, puede recuperar baraka. Pero hoy es una estrella cada vez más pálida. Tanto que le pasa ya algo muy grave para un gobernante: que se le rían. Lo de mister Bean ha sido peor que la primera bofetada de Alemania y todas los editoriales ingleses y franceses juntos.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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