Tenía que asomar la conspiración. Estaba ya faltando en la lista de a quien echarle una culpa. Una conspiración, y si es internacional mejor, es el definitivo asidero de cualquiera que ande en apuros. Puede ser este presidente del gobierno, juez estrella, alcalde de la Gürtel o entrenador de fútbol. La conspiración si no existiera es que había que inventarla.
Claro que cada cual ve la conspiración a su manera. Zapatero , por ejemplo, ayudado por ese cerebro ignoto y envanecido hasta la punta de la nariz llamado Pepe Blanco( disiento de los cánticos que proclaman su repentina inteligencia) , la ve en todos los que interna o externamente osan dudar de sus gaseosas jaculatorias como medidas contra la crisis y el paro. Yo por ejemplo la veo al reves. Veo a ZP, a Blanco, a la Salgado, a la Bibi y a tanto otros como los verdaderos cabecillas de una conspiración general contra España. Contra su propia palabra, contra su misma esencia, contra su economía y contra su futuro.
Y hasta tengo algunos indicios que aportar. Por ejemplo: ¿No fue el presidente quien la cuestión y alentó los delirios separatistas catalanes? ¿No es su partido “hermano”, el PSC,sobre el que algún ascendiente tiene ,quien hace del ataque contra la lengua común de los español es su seña de identidad como gobierno? ¿No es Zapatero y sus ministros quienes pilotan y dirigen una nave en cuya deriva ya han acumulado cerca de cinco millones de parados, hace déficit por todas partes, que se empeña en no ver los arrecifes contra los que va chocando y lleva once meses gritando ¡agua! ¡verde! En medio del desierto en que nos han metido?.
El juez estrella es ahora también el que se siente victima de las conspiraciones. Después de tres lustros trufando política y toga, sacando y metiendo en su cajón los procesos según le conviniera y celebrando nocturnas cacerías partidistas ates de irse a cazar muflones los domingos ahora es quien se queja de embozados.
Claro que aquí el que no ve conspiraciones no es ya que no tenga un escaño, es que no tiene ni un sillón, ni una silla ni un sillín. Porque en el PP, por ejemplo, ven y salen a tres conspiraciones. Para ellos hay en marcha cada día un carro de indios conspirando, dirigidos por una tribu de fiscales. Pero como no tienen bastante se conspiran además entre ellos todo lo que pueden, conspiraciones nacionales, autonómicas, provinciales, madrileñas y de barrio.
Pero la conspiración por una vez no es cosa solo de políticos. Aquí quien no tiene una conspiración que denunciar, que quieren que les diga, es un don nadie. Vamos que si no ha sentido alguna vez que le tenían puesta en marcha una conspiración contra usted es que es un desgracriado, un pobrecillo. O menos, porque he oído de conspiraciones para quedarse con la esquina hasta con complicaciones internacionales.