El presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero nos dijo el miércoles a los españoles que ha fracasado. No lo expresó así, claro, pero esa era la verdad y se notaba. Obligado por la UE y EE.UU , que veían como nuestra deriva los ponía a ellos también en peligro, ha tenido que hacer lo que nunca quiso, a lo que siempre se negó y en lo que no cree. Lo ha hecho porque no le queda otro remedio y porque lo han llevado de las orejas. Ha rectificado porque le han forzado a hacerlo. La cruda y dura realidad de una situación económica insostenible y peligrosa para el conjunto de Europa se ha impuesto sobre sus delirios y ocurrencias.
Zapatero tienen que hacer ahora lo que le mandan porque fue incapaz de hacer , cuando tocaba los deberes. El hombre que negaba alegremente la crisis, que nos suponía inmunes, el de los seudónimos y los cientos de anuncios de que lo peor había pasado cuando no hacía sino empezar no quiso nunca ni aceptar la gravedad de la situación ni enfrentarse a ella. Aliado con los sindicatos se enrocó en el inmovilismo y en medidas populistas que ahora se revelan como descabelladas. Y ahora tras más de dos años perdidos lo que no queda otro remedio que hacer es de una dureza inusitada que además contradice en todo, de manera rotunda y absoluta, los hechos, las palabras y todos los axiomas que ZP ha ejercido y predicado. En suma que tiene que hacer exactamente lo contrario de lo que piensa. Pero lo tienen que hacer , y de esa manera tan terrible, por no haber afrontado la verdad cuando debía.
Y de ello son culpables el presidente y su gobierno. Lo que hoy hay que ahorras son los derroches de ayer. Que esa fue su política. Mientras que las familias veían venir al lobo y ahorraban el consideraba que la manera de ahuyentarlo era despilfarras. Aquellos 8.000 millones para obras fútiles y superfluas, para “pajareras de oro” que bien hubiera venido no dilapidarlos como se dilapidaron y como aquello casi todo. Desde todos lados se le dijo , cuidado el déficit, no gaste lo que no tiene y el nada. En su optimismo iluso y cegato. Con su “vicepresidente” Méndez dando mítines y no moviendo un dedo para controlar el gasto ni para enfrentar, de verdad y con reformas, la cada vez más apabullante catástrofe del paro. Los sindicatos que ahora se ponen bravíos han sido en estos años parte esencial del problema y rémora para resolverlo. Sus gritos de ahora más que impostados es que no los va a escuchar casi nadie.
Como Zapatero no tiene ya quien le crea lo que dice fuera de la parroquia. Su fracaso es tan total que en buena lógica lo coherente sería la disolución de las Cámaras y la convocatoria de elecciones. Porque lo que esta obligado a hacer y supuestamente a liderar no es su política sino exactamente la contraria. Pero no habrá tal lógica . Zapatero se enrocará ahora en su propio fracaso y se asirá desesperadamente al poder buscando ganar tiempo. En esto igual que ha hecho siempre. Pero todo ha cambiado. Porque ahora el país entero ha de sufrir con dureza por algo que sus dislates han agravado y enconado.
P.D. A Camps no le queda otra que abandonar la politica y a Garzón la judicatura.
