¿Para qué consultar la hemeroteca cuando tienes Wikileaks y Google?, piensan muchos malos periodistas. Asi sucede que una redactora (o becaria) da en El País como gran novedad la misma noticia que apareció hace más de seis años.
La posmodernidad, el tiempo sin memoria. A los seis años o antes, las noticias y los recuerdos se desvanecen, como lágrimas en la lluvia. (Os aviso que hoy vamos de cine.)
Una redactora o becaria de El País, italiana al parecer (¿ha pasado la infiltración de las tropas de Berlusconi en PRISA de Cuatro a El País?), Mariangela Paone, ha escrito un reportaje propio de un corresponsal de guerra sobre las escaramuzas en que estuvieron envueltos los soldados españoles en Diwaniya (Irak), en abril de 2004, a donde se fue, lo recuerdo, en cumplimiento de la resolución de 1551, del Consejo de Seguridad de la ONU. La fuente es Wikileaks, aunque bien podía haber sido la hemeroteca del periódico. En un alarde de imaginación, lo titula El día más largo del Ejército español. Ni la batalla de Lepanto, ni la batalla de Otumba, ni el desembarco de Alhucemas, ni la batalla del Ebro, ni la batalla de Volchov. Mariangela Paone ha descubierto la nueva gesta de las armas españolas: Diwaniya.
Según varios informes, los manifestantes se agolpan frente a las puertas de la base de los españoles. Empiezan los primeros ataques contra el cuartel. El informe de las 4.30 habla de tiros de «armas de pequeño calibre» y de «francotiradores». Es el comienzo del cerco a la base española. Cuando a mediodía acabó la manifestación de protesta, los tiros esporádicos se convierten en una batalla.
Los españoles sufrieron dos heridos, pero a partir de ahí y hasta la retirada completa del país, el 21 de mayo de 2004, tuvieron que hacer frente a una realidad frente a la cual la definición de «misión de paz» se quebada bastante corta.
Los archivos de Wikileaks hablan de al menos 50 ataques más en la zona de Diwaniya y en las proximidades de las bases españolas. Y en varios informes aparecen al menos 45 ataques de morteros directos contra la base de Camp Golf: desde la batalla del 4 de abril los españoles entraron a diario en el punto de mira de la insurgencia.
Mientras escribía este bodrio, mejor dicho, mientras traducía de Wikileaks, la pobre Mariangela Paone quizás creyera que nos estaba contando Las arenas de Iwo Jima, Un puente lejano, Doce del patíbulo, Los violentos de Kelly, Ha llegado el águila, Rambo o, más recientemente, Salvar al soldado Ryan, Black Hawk derribado y Red de mentiras. (¡¡Oooooh, Leonardo de Caprio!! ¡¡¡VIVA ITALIA!!!)
Les habría bastado una consulta al archivo a ella y a su jefe para descubrir que la noticia la dieron los medios españoles seis años antes. ¡Hasta Europa Press!
El Mundo (18 de abril de 2004):
La Base España, situada en Diwaniya y donde se encuentra el grueso del contingente español en Irak, sufrió el viernes por la noche el lanzamiento de disparos de mortero, «como en la mayoría de las noches» de los últimos días, según informó un portavoz de la base.
El País (11-12-2005). Esta noticia fue la portada a cuatro columnas de ese día:
Las bases de Al Diwaniya y Nayaf (Base España y Base Al Andalus) sufrieron una veintena de bombardeos de mortero, en los que se lanzaron al menos 227 proyectiles, la mayoría de 82 milímetros, sin causar ninguna baja, a pesar de que una granada cayó en el tejado del alojamiento femenino. Así se refleja en los partes que se remitían diariamente a Madrid, algunos de los cuales han sido publicados en las últimas semanas por la revista Interviú.
Como se preguntó Periodista Digital hace cinco años, «¿Es de recibo abrir el periódico con una historia de hace dos años que no aporta nada nuevo?». Pues ahora, El País, por medio de su becaria, vuelve a sacar de la nevera la noticia, ya momificada.
Mariangela, dedícate a escribir notas sobre películas de vampiros, que meterás menos la patita.
¿DESCUBIERTAS LAS ARMAS DE DESTRUCCIÓN MASIVA?
Como dice Barcepundit, lo importante de las nuevas revelaciones de Wikileaks es que el Ejército de EEUU ha estado encontrando armas de destrucción masiva desde el principio de la guerra. (…) La pregunta es por qué ni la administración anterior ni sus aliados sacaron el tema públicamente.
