Hay un refrán árabe: el patriarca funda un imperio, el hijo lo mantiene y el nieto lo pierde. La familia Polanco ha tardado unos pocos años en perder lo que parecía una empresa enorme y poderosa.
El día 12, la portada de El País traía una noticia para meditar: el presidente de El País SA dejaba de ser el hijo de Jesús Polanco y pasaba a serlo Juan Luis Cebrián. La familia Luca de Tena ha tardado décadas en perder los periódicos creados por el fundador; a los Polanco les ha llevado unos pocos años desde la muerte del viejo Jesús en verano de 2007.
El sábado 16, El Confidencial publicó un reportaje sobre el ocaso de los Polanco. Lo normal en las empresas controladas por una familia es que los ejecutivos externos no encajen y se acaben marchando. En PRISA ha ocurrido lo contrario: el externo ha echado a los familiares. Con el agravante de que Cebrián es responsable de algunas de las decisiones que han hundido el grupo.
En el reportaje de El Confidencial hay un comentario acertado de un lector:
Es muy dificil de entender como un grupo que tenía:
– El monopolio de hecho en la edición para la educación
– El único canal de pago
– La red de distribución de libros en dos continentes
– Una capacidad de Lobby sin parangón
– Y la talla para controlar su mercado cautivodecidió en su día fomentar la destrucción del sistema educativo, reduciendo y asfixiando progresivamente su propio mercado, en todos sus nichos.
Y así:
Si ahora no les compran periódicos, es porque su falta de educación hace que los diarios gratuitos basten.
Si ahora no les compran libros es porque su público ya no entienden lo que lee.
Si ahora sólo ven Torrente, es porque han crecido en un entorno que fomentaba la zafiedad.
Si ahora su mercado natural solo ve Gran Hermano es porque en la pereza intelectual se les educó.
… y si ahora el grupo Prisa pierde progresivamente su peso político y en lo económico va [antes o después] hacia la ruina, es porque [sin, entrar en la valoración política, sino sólo analizando la estrategia empresarial], nunca fueron capaces de analizar su propio mercado y vislumbrar la fortuna que hubiesen podido hacer.
Y así nos va
Pero, como cuenta Eulogio López, los movimientos en PRISA no son únicamente un choque de egos y billeteras. Como siempre, en torno a El País hay grandes intereses políticos del Imperio Progre.
En resumen, Cebrián quiere jubilarse como mandamás de El País, pero para ello necesita que Carlos Slim compre no una parte sino la totalidad del periódico más leído de España. A Rubalcaba le vendría bien, dado que el pupilo de Felipe González espera mucho del apoyo de El País y de Cebrián para convertirse en candidato del PSOE y, si fuera posible, en presidente del Gobierno.
Mientras tanto, las protestas de la plantilla de PRISA -ignoradas por los columnistas de El País, como Forges, Manolito Rivas, Almudena Grandes, Iñaki Gabilondo y José María Izquierdo– son contrarrestadas por Cebrián.
Los Polanco serán ricos rentistas, como tantos otros expañoles desde el siglo XIX, incapaces de crear riqueza y sólo cualificados para cobrar los intereses de su fortuna e ir de cacerías, pero a Cebrián parece que le queda mucha vida.
PREMIO RODILLERA DE VISÓN
Para Juan José Millás por escribir esta frase:
El primer paso para entender el mundo es advertir que los banqueros también lloran.
Es difícil encontrar lacayos de tanta calidad.
