Bildu y el enjuague del Constitucional se atraganta cada vez más. Que salga Pascual Sala en plan estupendo y muy digno diciendo que se le pone «la carne de gallina» porque cuestionen su independencia queda de inmediato arrasado por ese etarra que sale de la carcel tras 25 años y se pone a vociferar con el cartel, su cartel, de Bildu en las manos. Y salir como sale ahora Alonso diciendo que le produce rechazo la escena hace que aún repugne más el comportamiento de quienes la han permitido y tolerado
Ni aunque el PP, con Mariano Rajoy en un plano de absoluta y excesiva contención tras un medido rechazo a la sentencia , no se haya puesto a tronar (tronaban curiosamente más los artifices del terrible roto) dejando ese cometido a Aznar, Aguirre y Pons el asunto no por ello ha dejado de ir creciendo en su faceta más repulsiva. El PNV, con sinceridad casi bocazas lo dejaba en cueros y la nueva franquicia de ETA por más que disimule, que disimula poco, puede no dejar de traslucir su esencia.
Acusar de extrema derecha a todo aquel que critique la cuestión resulta peliagudo pues es tanto como hacerlo con las victimas, las fuerzas de seguridad, la fiscalia, la abogacia, el Supremo y el mismisimo Rubalcaba (en lo que se atiene a sus palabras «es parte de la estrategia de ETA) y al 70 por 100 de los votantes socialistas que tienen esa misma percepción. A no ser claro que se considere que excepto algunos de columnistas de Publico y sus lectores, sumados a los nacionalistas, el resto somos fachas de toda la vida por no querer que los terrositas estén en las instituciones. Y eso si que es lo que le ponbe la carne de gallina al personal. Lo que ha hecho Pascual Sala y cinco magistrados mas, todos ellos nombrados por el PSOE.
Con un añadido, el voto de los otros componentes del Tribunal, cuatro aupados allí a instancia del PP y uno del PSOE que no siguió a la mayoria, pone de manifiesto algo tremendamente contundente. Que en realidad el Constitucional se ha extralimitado, no tiene competencias para utilizar los argumentos que ha utilizado para la sentencia. Ellos pueden decir si ha habido o no indefensión o violación de los derechos, pero no enmendar la resolución sobre las pruebas. En ello, en dictaminar sobre las pruebas es el Supremo el máximo organo. Y en ello ha sido suplantado por el Constitucional. Pero llegados a tal punto ¿quien puede restablecer la ley y la Constitución misma que plantea estas diferentes competecias si es el propio Constitucional quien se la salta y la vulnera.
Proclamar independencias de criterio cuando se ha hecho lo que se ha hecho y como se ha hecho y cuando ya estamos viendo lo que en realidad hay que querer ser ciego para no ver: que Bildu es criatura de Batasuna y Batasuna y ETA nos dos brazos de un mismo rio, es algo cuya realidad pesa como el plomo y ante lo que sirven de poco los slogam de mitin y doberman.
Tan así es la cosa que el presidente del Congreso, desde hoy otro de la derecha extrema, ha dicho que entre sentencia y sentencia el se queda con la del Supremo, lo que es lo mismo que decir que no le gusta la «agradable» del Constitucional. Porque una y otra son contrarias sin matiz. No le gusta a Bono, que lo dice a su manera por aquello de la obediencia debida a la sigla. Pero esas obediencias a quien estan manchando como a las togas es a la sigla. Bono teme y mucho que todo ello se pague el «Dia de la Urna» que cada vez está más cerca