La Marea de Pérez Henares

El ministerio que SÍ nos hace falta

El campo, aunque algunos por tal lo tengan, no es una postal a la que se va de visita los fines de semana para ver paisajes bonitos, ser atendido por solícitos paisanos que nos sirvan rústicos manjares y dormir en placentero silencio en solariegas casonas. El campo es algo más. Allí se producen los alimentos, se labra la tierra, se pastorea ganado y sus gentes cuidan como siempre han hecho el territorio. Es el sector primario, eso que antes se llamaba agricultura, ganadería y al que se añadía, en nuestra inmensa costa, la pesca. Un sector esencial en el pasado, que lo sigue siendo en el presente y que lo será quizás aun más, y tal y como están viniendo dadas, en el futuro al que se ha ido ninguneando, dejando de lado y hasta inventándole apodos de la peor cosecha como acabar por denominar al ministerio de toda la vida de Dios, de Medio Mabiente y del Medio Rural y Marino, que ya son ganas de hacer el cursi por hacer el progre y que refleja en su semántica el menosprecio y la ignorancia de lo que se tiene entre manos.

La agricultura española tuvo siempre una impronta de cuajo en su ministerio, gente de peso en los ejecutivos, como Emilio Lamo de Espinosa o Pedro Solbes, y tuvo un día una ministra, Loyola de Palacio, que la puso en el sitio en que debía, que se batió por ella en Bruselas y que se trajo a los comisarios centroeuropeos de las orejas para enseñarles lo que era una aceituna. Desde entonces hasta ahora y a pesar de que en el organismo trabajan, lo que pueden y les dejan, magníficos funcionarios, con preparación, experiencia, dedicación, entrega y vocación más que sobrada en montes, labrantíos y ganados, ha ido sufriendo el desapego de los gobiernos hasta acabar en la penosa situación en que este ultimo lo ha dejado. Y mira que la anterior ministra, Elena Espinosa, era mujer que trabajó en silencio y que de lo suyo, sobre todo de pesca, sabía. Pero la deriva zapaterial, como en tantas cosas, en sus evanescentes delirios se puso a jugar con las cosas de comer, y aquí mejor dicho que nunca, y por aquello del flanco electoral ecologista y la pátina verde se hizo la transubtanciación del nombre y se coloco a la tránsfuga de IU , Rosa Aguilar, desde la alcaldía de Córdoba, tras fugaz paso por la consejería de Obras Publicas de la Junta de Andalucía a que presuntamente entendiera de cebada y ovejas pero en realidad para que se entendiera y frenara a los verdes que dicen que van a presentar candidatura y pueden arañarles unos votos de los que cada vez andan más ayunos.

Rosa Aguilar fiel a su consigna y principios se puso a la tarea y alumbró como gran aporte un proyecto de Ley en la senda de la muy mentada Igualdad de Géneros para que las mujeres de los titulares de las explotaciones pudieran ser co-titulares lo que fue acogido con gran despliegue y alharacas feministas. Y en estas cayó la del pepino y nos pillo-como en el campo se dice de siempre aunque de manera muy poco políticamente correcta-en bragas. O con los calzones bajados, para no ser acusado de machista.

Los ataques a nuestra potente y productiva huerta son tradición y moneda constante por parte de nuestros vecinos y mercados. Cosas de la competencia ante la que siempre hay que estar en alerta y defendiendo con fuerza y energía la portería. Lo que hace tiempo que nuestro desacreditado y paralizado Gobierno ha dejado de hacer. Porque lo que se llama pintar en Europa hemos dejado de pintar hace ya un buen tiempo. Un “compañera” del PSD alemán de Hamburgo se soltó la lengua, sin tino y sin razón, pero nuestra debilidad ante la UE, hizo que el golpe se amplificara. La tardía y poco eficaz reacción, por momentos pareció que el verdadero ministro, quien peleaba por los defendía los intereses y nos defendía era el presidente de Asaja, Pedro Barato, nos ha costado y nos va a seguir costando cara. Zapatero no está ni se le espera y el dedadizado Rubalcaba andaba vistiendo de candidato o en cualquiera de sus otras mil doscientas ocupaciones y Rosa Aguilar haciendo entrevistas de carril en los medios y alfombras afines.

Nos hace falta un ministerio, este sí que sí, y nos hace falta un Gobierno y un ministro, cuyo sexo no importa pero cuyo empeño comprobemos. Nos hace falta Agricultura. Necesitamos que nuestro sector primario tenga el organismo fuerte que lo represente, que se bata el cobre y que este a la altura de las exigencias. El campo es nuestra raíz y nuestra comida. Y en buena medida, nuestro futuro. Por el pasa no poca de nuestra recuperación-era la exportación lo que mejor empezaba a repuntar- y desde por lo que no pasa es por la muy esclarecedora memez de andarle cambiando el nombre.

Nota del Blogger sobre los pronósticos. Ha habido bastantes que se han acercado a los resultados. Pero analizados exhaustivamente quien ha clavado los resultados fundamentales (Castilla-La Mancha, Extremadura, Cantabria etc) ha clavado la mayoria de los resultados, incluso de capitales de provincia, con la excepción de Asturias y Oviedo (aquí dio mayoria absoluta al Pp y la saco relativa)y algunos fallos sobre las capitales gallegas, ha sido nuestro señor de las mayúculas. es el que pronóstico el triunfo más arrollador del PP. Y así ha sido O sea que vencedor de la porra: RAFAEL BRENES ARAUJO

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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