Me tomo un respiro. Voy a los yacimientos de Atapuerca. Un paseo por la prehistoria con final en el Museo de la Evolución Humana en Burgos. Recuerdo siempre que Arsuaga alentó mi primera novela ambientada en ese fascinante momento de la humanidad «Nublares». Una amistad de la que me he beneficiado y enriquecido desde entonces.
Pero son las fiestas de Guadalajara y a la vuelta habrá que dejarse caer por la tierra. El enciero lo veo ya desde hace años prudentemente desde la barrera. Y creo que a las peñas, con las que tuve tanto que ver en los inicios, aún me dejarán entrar.
Atras y hasta el lunes los temblores de la política. Usabiaga y Otegui condenados. Las alharacas del Impuesto sobre el Patrimonio y Rubalcaba vendiendose como nuevo y enfatizando soluciones que resultan increibles tras haberse pasado todos estos años sin aplicar ninguna en el Gobierno. Zapatero en las nubes. Le quedan pocos amigos. Lo dice Raul del Pozo, quien más allá de lo que pueda opinarse de sus opiniones, demuestra una lealtad que apenas nadie tiene con quien ayer idolatraban.
PD. Por la prensa caen chuzos de punta. Sobre todo y sobre todos.
