Es el cancer de la red, pero ya es metástasis que está acabando con los blogs. Sucede todos los días y todos se plantea uno que no merece la pena proseguir. Ayer un cometario particularmente repulsivo, por lo que tiene de cruel en unos momentos muy dificiles para toda la plantilla de periodico que dirijo «Negocio», ha colmado ya cualquier vaso de paciencia y traspasado la última linea de decencia.
«Negocio», lider en OJD de prensa económica, lleva meses atravesando serias dificultades. Son conocidos los retrasos en los pagos de nóminas que sufrimos todos y tras el verano hemos tendido problemas para poder regresar a la edición de papel. Hay luz al final del tunel y esta próxima semana se retornará, tras mucho esfuezo y no poca angustia, a la nomalidad en todos los sentidos.
Durante todo este tiempo si algo me ha mantenido y animado ha sido contar con el apoyo de mi redacción, que desde luego ha tenido el mio incondicional. En un momento decidí cual era mi lugar y sitio y ahí estoy. Para lo bueno y para lo malo.
Hemos recibido ataques de todo tipo. Pero lo es verdadermente repulsivo es lo que acaba de hacer una comentarista en el blog, que me ha dolido de manera muy profunda y que me produce la máxima repugnancia personal.
En muchas ocasiones he tenido dudas de mantener este espacio, que me da bastante trabajo y por el que, hora es de decirlo, no percibo ningún beneficio pecuniario. (No era esa mi intnción ni proposito esencial al abrirlo). Desde luego no lo voy a mantener nunca más así.
He meditado hasta su completo abandono, pero finalmente me he inclinado por continuar. Lo que tengo muy claro es que en la sección de comentarios se va acabar la impunidad de los anonimtos. Desde este preciso momento les invito a todos quienes deseen participar que lo hagan con su nombre y apllidos. Quien desee utiliar un seudónimo deber enviar al contacto que figura en la parte superior y que me llega por e-mail, una idetificación fidedigna de quien es. No permitié de ahora en adelante otros comentarios que los de autores identificados y seré ademas contundente con quienes aparezcan po aquí con el animo preciso de descalificarme e insultame. Que los hay. Una cosa es tolerancia y otra masoquismo y estupidez
