Ramón Pérez Maura, uno de los periodistas españoles expertos en dinastías, saca los colores a Pilar Urbano, otra novelista de la escuela de Luis María Ansón.
El mundo editorial lleva unos años cayendo a pico, como la venta de coches y la constitución de hipotecas. La apuesta de Planeta para estas Navidades es el nuevo libro de Pilar Urbano El precio del Trono. El estilo pedante de esta señora me repatea como pocos autores, con sus neologismos como el dentrofuera (sic). Sobre su fiabilidad documental, me limito a reproducir lo que ha escrito Ramón Pérez Maura en su blog. Urbano sostiene que entre los reyes exiliados que se asentaron en el Portugal de Oliveira Salazar después de la Segunda Guerra Mundial estaban el archiduque Otto de Habsburgo y Simeón de Bulgaria. Ninguno de ellos lo hizo.
Después de la muerte en 1922 del Emperador –y hoy Beato- Carlos, su mujer la Emperatriz Zita y sus siete hijos vivos, más la hija póstuma que nacería en el Palacio del Pardo de Madrid abandonaron la isla portuguesa de Madeira y nunca más volvieron a vivir en ese país. Su exilio les llevó a Lequeitio primero y a Steenokkerzeel en Bélgica después hasta que la invasión nazi les hizo huir primero a Francia y después, cruzando España, llegar a Lisboa para tomar varios clipper en los que volar a Estados Unidos. Tras la guerra ni el jefe de la Casa Imperial, el Archiduque Otto, ni la Emperatriz Zita tuvieron residencia en Portugal. Nunca.
Simeón de Bulgaria no ha residido en Portugal jamás. Tras ser derrocado se fue al exilio a Alejandría, Egipto. Y de allí vendría a España en 1952 y en España ha vivido hasta que en 2001 pudo volver a vivir a Sofía.
Además, Pilar Urbano asegura que el padre de Simeón, Boris III, fue derrocado, cuando murió en agosto de 1943 en el poder, envenenado no se sabe por quién.
Como concluye Pérez Maura:
si estos datos que son de fácil conocimiento, están ampliamente difundidos y afectan a dos jefes de Casas Reales muy próximas a la Casa Real española no son conocidos por Pilar Urbano porque no se ha molestado en mirarse la bibliografía ¿qué valor pueden tener los documentos secretos que sólo ella ha podido ver?
Me pregunto si Pilar Urbano exige que se respeten incluso sus errores en sus libros (de los que dimos cuenta en este blog) o los editores no quieren gastar ni 500 euros en pagar a un periodista, un historiador o un documentalista para que compruebe los datos más sencillos.
Solemos decir a la prensa de kalidá que no se queje de que baje sus ventas si oculta noticias como el indulto socialista a un banquero o censura opiniones distintas a los tabúes de la sociedad como el calentamiento global por causas antropocéntricas. Lo mismo podemos decir de las editoriales: si publican libros como éstos, que no se lamenten luego de que la gente no lee o que lee sólo a autores anglosajones.
CODA: Magnífico artículo de Elentir en el que recopila las mentiras de El País en apoyo de las negociaciones de ZParo con la ETA. ¡Cómo está abandonando el barco del PSOE las ratas!
