Bokabulario

Los ingleses quieren librarse de los escoceses. ¿Y nosotros de los catalanes?

Cuando los nazionalistas se empeñan, pese a los obstáculos, alcanzan su meta: todos sus vecinos les acaban detestando. Los ingleses están más dispuestos que los escoceses a aceptar la independencia de Escocia.

Por el blog PlazaMoyua que lleva un paisano, me entero de que en el Reino Unido ya se ha realizado un pronóstico que algunos anunciamos para España: la estupidez y el egoísmo de los separatistas consiguen que el resto del país les quiera poner en la calle. Yo lo he dicho varias veces: Señora Cataluña, si no está a gusto váyase.

El ministro principal de Escocia, el nacionalista Alex Salmond, quiere convocar un referéndum sobre la independencia, con el truco habitual de los nazionalisats catalanes y bizkaitarras de que ofrecer como mal menor a los tontos de Londres (o Madrid) congelar sus pretensiones durante un tiempo indefinido a cambio de más competencias y más dinero.

El primer ministro británico, David Cameron, le ha dicho que nones y ha recurrido al precedente canadiense. Su propuesta consiste en un referéndum celebrado no más allá de 18 meses y una pregunta clara: ¿aprueba la independencia de Escocia?, ¿sí o no?

Como escribe el autor de PlazaMoyua, parece que, pese a todo, hay mucho «efecto catalán» en la política británica, ya que Cameron y, por supuesto Salmond, niegan a todos los ciudadanos del Reino Unido la participación en una consulta que decidirá la Constitución de todo el país.

Evidentemente la definición del rango de autonomía de una región de un país afecta al conjunto entero del pueblo, que no tiene por qué aceptar lo que quiera la parte.

Lo divertido es que Salmond y su partido han conseguido ya lo que están a punto de lograr Artur Mas y Felip Puig con todos los españoles: hay más ingleses dispuestos a apoyar la independencia de Escocia que escoceses. Eso sostiene una encuesta del Telegraph. El 43% de los ingleses está a favor de la independencia de Escocia, porcentaje que baja al 40% en Escocia. Son contrarios a la independencia el 32% de los ingleses y el 43% de los escoceses.

En Escocia (cinco millones de habitantes) saben que las memeces nazionalistas les pueden empobrecer hasta dejar a oscuras, por mucho petróleo que extraigan del mar del Norte.

¿Vota usted a partidos que multan a quienes rotulan sus comercios en la lengua oficial de la nación y la que tiene como lengua materna la mayoría de los catalanes?, ¿a quienes dicen que «España les roba»?, ¿a los que ordenan que los médicos de la sanidad pública no hablen en español a sus pacientes?, ¿a los que consideran decir Viva España un insulto?, ¿a los que reclaman un concierto económico a la navarra?, ¿a los que derrochan el dinero en siete canales de televisión? ¿Y por qué no quiere la independencia? ¿Porque entonces saldría perdiendo? Pues prepárese, caballero, los demás ya hemos decidido por usted.

CODA: Una diferencia no pequeña entre Escocia y Cataluña es que la primera fue un reino soberano hasta 1707, y que algunos de sus reyes, como Jacobo VI, lo fueron también de Inglaterra, mientras que la segunda no ha sido nunca un país independiente ni ha tenido reyes propios.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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