Entre los gritos de la historia, unos de los últimos que resuena en la memoria era aquel, hoy tan esclerotizado, de los insurgentes cubanos ¡Patria o muerte!. Nuestros sindicatos lo han transformado estos , con cierto toque de farsa, en algo así como ¡Revolución o puente!.
Resulta que para la movilización contra la Reforma Laboral que suponen la madre de todas las batallas, ante todo la de su supervivencia, y que consideran antesala de la Huelga General, tenían ciertas fechas en cartera para su toma de la calle en este mes de marzo. La del 24 coincidía con las elecciones andaluzas. Pero la del 18 ¡coincidía con un puente!. Y claro, un puente es un puente y a los “revolucionarios” de la burocracia sindical les parecía que era mucho pedir a las bases y a ellos mismos prescindir de la escapada y el descanso, merienda en la bodega del pueblo, escapadita al litoral o paseo montañero, de tan dura brega como la que llevan los liberados se imponía. Total que presumiendo el quedarse solos con la pancarta decidieron que el 11: el 11-M. Una fecha negra, siniestra y trágica en la mente y el corazón de España. Una fecha de dolor que a tantos parece nada apropiada para revolverla y enturbiarla mezclándola con según que cosas. El PSOE metiéndose de hoz y coz en ella a pesar de alguna voz sensata como la de Benegas, que en voz alta ha expresado lo que a otros les rechina, insiste en una deriva donde lo que puede pescar en el río revuelto es acabar enlodado.
Pero siendo este el debate que más hiere y mayor disgusto provoca no deja uno de ver en el trasfondo de la elección un atisbo de lo que de impostado hay en toda esta parafernalia. Si tanta es la angustia, si tanta la zozobra, y no dudo que así es la realidad de parados y familias en la pobreza, pero no parece serlo en las cúpulas sindicales, resulta tan contradictorio como esclarecedor que la posibilidad de un puente las disuelva. Vamos que es como si los que se aprestaban a asaltar el Palacio de Invierno se hubieran dado la vuelta y lo hubieran dejado para otro día porque nevaba. Y claro, con ese mal tiempo …