Este es un gobierno de mucho gobernar. O es lo que nos parece por contraposición a aquellos tiempos del anterior en los que esa acción parecía haberse borrado de sus atribuciones y responsabilidades. Cuando uno, al escucharlos, venía a concluir en que el único no responsable del gobierno en España (me resisto al palabro gobernanza tan en boga) era precisamente el Gobierno de España.
A estos de Rajoy no podrá achacárseles tal cosa, desde luego. Otra será cuando llegue la hora de valorar sus resultados (que no toca como algunos pretenden ya mismo ni pasado mañana) su labor haya tenido efectos positivos o por el contrario hayan errado de medio a medio y estemos aún peor de lo que estamos. Que es estar muy mal.
Las semanas gubernamentales son de un pedaleo agotador. El sambenito de indolencia que le colgaban a don Mariano ha quedado en lo que fue y lo que si ha emergido, y muy rápidamente, es una figura presidencial, emplazada en el centro del redondel y que ofrece sensaciones de prudencia y energía. En su hablar y decires siempre moderados, apelando a la sensatez y al sentido común, y en su toma de decisiones cuando como con la cuestión del déficit urge tomarlas sin dilación. Aunque suponer que esto era un desafío a la UE era ni saber ni conocer. Rajoy lo tenía bien hablado con quien lo tenía que hablar. En suma que aquellos que le otorgaban más cualidades como gobernante que como opositor no iban desencaminados. En dos meses se ha acoplado al cargo y se ha instalado en el, dando cada vez más esa sensación de trascender su anterior papel de líder de un partido para pasar a estar en esta otra dimensión. Y me parece que esa impresión empieza a estar ya en el subconsciente colectivo como un intangible pero apreciado valor.
Lo cierto es que su Gobierno ejerce como tal y a toda maquina. Insisto: el resultado está por ver. Las semanas son frenéticas. Miren si no. Empezamos con la cuestión del déficit de las comunidades autónomas y la exigencia del 1,5% como tope para todas ellas. Ello no hace sino anunciar los severos recortes, algunos no solo necesarios en época de crisis sino despilfarros y duplicidades innecesarias en las que nunca se debió incurrir, que van a tener que afrontarse pero que son imprescindibles para sobrevivir. Voto en contra Andalucía, ultimo bastión del PSOE en serio peligro de derrumbe, por aquello de lo testimonial-electoral.
Pero como si pareciera seguirse la máxima de “aprieta pero no ahoga”, la otra gran cuestión eran los fondos para los pagos a proveedores, los impagados de ayuntamiento y comunidades que han ahogado y asfixian a la empresa española, en especial pequeños y medianos. Ese dinero ¡que se les debe! va a ser un auténtico maná, a mi juicio lo mejor y más esencial de lo que hoy puede y debe hacerse. Los ayuntamientos ya tiene la ruta a seguir. Ahora se está ya con las CC.AA. Lo importante es que se pueda empezar a cobrar cuanto antes mejor.
En estas no estábamos ni en jueves, que fue cuando llego a las Cortes la votación sobre la Reforma Laboral. La defendió bien, Fátima Báñez. La atacó con energía Soraya Rodríguez con serio peligro de desgastarse si a todo aplica la misma munición. En la votación el PP rozó el listón de los 200 votos a favor(fue apoyada por CiU) y en las enmiendas que podrán introducirse ya se apuntan algunos retoques que no afectaran a los esencial pero que liman aristas afiladas que pueden ser objeto de negociación.
La contestación inmediata y prevista al voto en cortes fue el anuncio sindical de huelga general. Según ellos porque el gobierno no negocia y ellos dicen que eso es lo que quieren, negociar. Que es muy cierto. Es más quieren estar siempre negociando. De aquí a la eternidad. De entrada y tras todos los años anteriores sin hacer otra cosa ahora podrían tirarse ahora otros dos lustros mínimo, o quizás tres, sin alumbrar parto alguno ni siquiera el de un ratón y acabar por proclamar que no se ha llegado a nada pero bueno que se dan de plazo otro lustro más. En la realidad los sindicatos va a lo que van y como si es muy cierto que se ven afectados y en peligro muchos de sus intereses por la Reforma han convocado ya la huelga que de todas formas iban a convocar. Que lo sabíamos todos, que hasta lo dijo Rajoy , que estaba cantada y que si se ha retranqueado ha sido por el miedo que subyace de a ver si vamos a por el Gobierno y lo que estamos es cavando la tumba sindical. En la previa de calentar motores tenemos las manifestaciones del 11-M, fecha de no mezclar que se ha enturbiado, y el puente del 18 para descansar, que han de coger fuerzas los liberados y unos días de asueto no son de desperdiciar. Lo único que esperaba el Gobierno es que le pusieran fecha. Que también se sabía ya.
Y como estaba prevista. Y descontada y hasta alguna más. Recuerdo hoy aquel vaticinio de antes de las elecciones que con tranquilidad pero con realismo me hiciera el entonces candidato del PP al hablar de cual sería la reacción ante su triunfo y sus reformas: “ ¿Huelga General?: Si no me hacen tres…” . Pues eso y a seguir , que esa es una característica esencial del personaje presidencial que marca y ha marcado su modo de actuar: nada ni nadie lo saca de su hoja de ruta, de su camino y de su calendario. Y sobre todo de su ritmo y de sus tiempos. Eso que tantas veces desesperaba y desespera a todos y más a los suyos pero en buena perspectiva ha sido su valor fundamental es su pauta trascendental que solo causa de fuerza mayor le obliga a cambiar. Que esa fue la excepción de la subida de impuestos que nunca pensó ni quiso hacer pero que tuvo que afrontar.
Lo que siguió pues al anuncio de huelga general de los sindicatos fue el de Moncloa de su ley antidesahucios. Una piedra angular más donde le han madrugado una pancarta a la oposición y que se une a la bajada de salarios a los banqueros. Evitar que quienes han perdido el trabajo pierdan también el refugio ultimo del hogar- creo que un dolor aún mayor y más irreversible- es algo ante lo que no cabe otra que actuar, algo que resulta intolerable para cualquier sociedad con un mínimo de justicia y de dignidad. La formula de dación en pago y poder seguir habitándola o bien las moratorias hasta que se pueda volver a pagar. La formula que sea y que se consiga que los bancos acepten (las leyes no pueden tener efectos retroactivos pero un gobierno tiene en su mano muchos elementos de “convicción”) esa practica que además les interesa. ¿Para que quieren más pisos si lo que tienen es centenares de miles provenientes del desplome inmobiliario por vender? .
Los sindicatos se van a la huelga justo el día de antes que se abren las vacaciones de Semana Santa, que coincide con la que ya tenía preparada sus compañeros nacionalistas en Euskadi y Navarra y con los pilotos, que se afanan en hundir la compañía Iberia desde hace unos meses, y que quizás se planteen acudir a la manifestación con el uniforme de vuelo, lo que le daría mucha vistosidad a la marcha y que, eso si, dada su nomina sean los que paguen las cervezas imprescindibles después del gran evento sindical.
(Publicado en los diarios del Grupo Promecal)
