Ya he escrito varias veces que los progres pueden arrasar una aldea con napalm, violar a las mujeres, matar a los niños, contaminar el río y aumentar el CO2 en la atmósfera y no les pasará nada. El Imperio Progre cuida de los suyos… y la derecha es tonta del bote.
El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder (en la foto, con Obama y Hillary Clinton) ha afirmado en una facultad de derecho de Chicago que la Constitución de la república y los derechos que concede a los ciudadanos de su país, como la presunción de inocencia, los derechos a un juicio y a no ser condenado sin la posibilidad de defenderse, no se aplican, bajo la Administración de Obama, a los norteamericanos sospechosos de conspirar para matar a otros norteamericanos.
¿No os molestáis si os dejo un párrafo de sus declaraciones en inglés?
«The Constitution’s guarantee of due process is ironclad, and it is essential, but… it does not require judicial approval before the president may use force abroad against a senior operational leader of a foreign terrorist organization with which the United States is at war, even if that individual happens to be a U.S. citizen.»
Os llamo la atención sobre un punto: Holder dice que basta la aprobación de San Obama para matar a ciudadanos norteamericanos sospechosos para anular la Constitución.
¿Quién ha tenido esos poderes en el siglo XX, capaz de imponer su voluntad por encima de las leyes? Adolf Hitler, Josif Stalin, Lenin, Fidel Castro… y unos pocos más, como San Obama.
Hace unos años le expliqué a Enric Sopena que los amos del mundo habíamos colocado a Obama para que sigue haciendo lo que hacía Bush, pero encima aumentado, sin que los progres pudiesen chistar:
Hace año y medio nos reunimos en la sede de nuestra logia Búfalos Mojados los verdaderos gobernantes del mundo occidental: Karl Rove, Dick Cheney, Monty Burns y yo. Llegamos a la conclusión de que el candidato republicano, fuese el que fuese, perdería las elecciones presidenciales y decidimos, por tanto, impulsar a un desconocido y sugerente Obama, al que luego marcaríamos la agenda mediante ministros, asesores y financiadores. Y ahí lo tienes: por ejemplo, Obama ya reconoce que no cerrará Guantánamo. Las cosas seguirán como con Bush II y encima los progres como tú no se atreverán a chistar contra el ídolo que vosotros mismos habéis creado. O bien Obama mantiene las políticas esenciales de los republicanos o bien causa tal descontento y frustración que provocará en cuatro años su derrota y sustitución por un Bush III. ¡No me digas que no es genial!
Fijaos qué buena jugada ha sido la de poner a San Obama en la Casa Blanca que, primero, ningún medio de comunicación español ha dado la noticia y, segundo, tampoco la van a comentar los capitanes del Imperio Progre como Javier Valenzuela, Enric Sopena, Rafael Torres, Antonio Caño, el esquirol Forges y otros debeladores de Bush y compañía. Incluso El País está haciendo campaña para su reelección.
