El dato del paro no es para tirar cohetes, desde luego. Tampoco para ocultarlo en las portadas de los periódicos, como han coincidido en hacer El País y el Mundo. Cada uno con sus obsesiones o sus inquinas, entendieron que una respuesta de un fiscal sobre el 11-M en la que tan sólo subrayaba lo sabido y juzgado, que hubo autores materiales y que se suicidaron en Leganés o que han subido el tiempo de espera quirúrgica en un 17% , amen de otras cinco noticias más, eran de mayor interés o relevancia. El resto de la prensa nacional y regional, si que parecieron entender que 100.000 parados menos en junio era como para prestarle interés de portada. De ABC a La Vanguardia o del Diario de Burgos a La Tribuna de Albacete.
No es para repicar campanas. Desde luego. Pero el empeño en minimizarlo hasta convertirlo casi en negativo resulta sorprendente. Cierto, es estacional. Y llegaran meses tenebrosos cuando pase el estío y el turismo. Desde luego. El propio gobierno lo presupone y contiene cualquier signo de euforia. Pero son cien mil parados menos y es la mejor cifra de la historia en junio. Al menos es para esbozar un atisbo de sonrisa y reforzar esperanzas. No es para descorchar el champagne pero tampoco es para abrirse las venas.
No es para dar brincos por la calle pero el que se haya superado de nuevo la cifra de 17 millones de afiliados a la Seguridad Social no es la peor de la noticias y tiene la cierta trascendencia de ser ese numero donde se ha establecido el listón de la sostenibilidad del sistema, sobre todo el de pensiones. No estamos en aquella alegría de los casi 21 millones de cotizantes pero al menos hemos iniciado un pequeña remontada.
No es para decir que se ha acabado la crisis, ni que ya no habrá recortes, ni que nos dejara de dar disgustos la prima, ni que volverá jauja. Para nada. Pero que se encadenen algunas noticias positivas, como el éxito de Bruselas (que por supuesto tiene matices pero que lo reconocen, excepto nuestros apocalípticos de guardia, hasta en el feroz Financial Times) la bajada del riesgo país y la subida de la bolsa no es para enfadarse tanto como parecen enfadarse algunos. Que hay que ver el cabreo que se agarran algunos en cuanto asoma una noticia que no es del todo mala y les aleja la profecía de que el fin del mundo de mañana no pasa.