Si Muamar Gadafi hubiera visto con detalles las películas de la serie del espía arrepentido Jason Bourne, Red de mentiras y otras quizás estaría tomando té helado con el socialista Ben Alí en nuestro fiel aliado Arabia Saudí.
Se empiezan a conocer detalles sobre el asesinato de Muamar Gadafi… que no investiga ningún juez europeo de los que no duermen por las noches pensando en las víctimas de violaciones de derechos humanos.
Como París dirigió la campaña política y militar contra él y su familia, Gadafi amenazó con contar la verdad sobre él y Nicolás Sarkozy: que le dio unos milloncejos de euros para pagar anuncios electorales y carteles y todo eso. Pues a grandes males, grandes remedios: Sarkozy mandó asesinos para que Gadafi no hablase, y lo consiguieron.
¿Y cómo los perseguidores de Gadafi le localizaron? Porque el presidente de Siria reveló su teléfono vía satélite al Gobierno de Sarkozy a cambio de que éste contuviese su afán libertador en Siria.
Al final, Gadafi está muerto, Sarkozy no tiene que temer que Gadafi revele sus íntimos secretos y Assad lleva año y medio combatiendo por su vida.
Las moralejas de esta bonita historia de conspiraciones son:
1º) No te fíes de tus hermanos árabes (que se lo digan a Franco, que se creyó el espíritu de Barajas).
2º) No te fíes NUNCA de los franceses, sobre todo si llevan alzas.
3º) Cuando quieras escaparte de alguien, tira el teléfono móvil.
CODA: El secretario general de la OTAN reconoce que los Ejércitos británico y francés habían colocado militares suyos en suelo libio.
