Bokabulario

‘Argo’, o cómo Carter rescató el solo los rehenes de Teherán

Como cada vez hay menos cines y las películas duran menos en las salas por buenas que sean, os recomiendo que vayáis a ver cuanto antes Argo. Para animaros, os presento una crítica política de la película.

En mis clases de expresión oral y escrita decía a los alumnos que detrás del mensaje aparente en el artículo, la serie de televisión, la película, la imagen, o el eslogan electoral, hay otro disimulado.

Por ejemplo, Misión imposible: Protocolo Fantasma se puede interpretar como una muestra la decadencia geopolítica de Europa . La acción de esta superproducción empieza en Budapest y, cinco minutos después, salta a Moscú, a Dubai y a la India. Los buenos son yanquis y el destino del mundo, al que por supuesto salvan, se juega en Moscú y en Asia. Europa, para las citas de espías y enamorados, el contrabando y los paseos.

Argo no es tan descorazonadora para los europeos en este sentido. Ben Affleck y Hollywood convierten un fracaso descomunal de EEUU y de la CIA en un éxito. El Gobierno de James Carter dejó caer al sha, la CIA aseguraba semanas antes de la huida de éste que no había riesgo de revolución (tampoco se enteró de la invasión soviética de Afganistán, de las detonaciones de las bombas atómicas de India y Pakistán y del 11-S), no existía ningún plan para relacionarse con el nuevo régimen, la red de contactos se derrumbó y se ocupó la embajada. ¿Qué queda de todo ello? El rescate audaz y afortunado de seis funcionarios. ¡Formidable! Es como conocer la Segunda Guerra Mundial mediante Patton, Objetivo Birmania y La Brigada del Diablo.

Puesto que uno de los productores es el buen actor y pésimo activista político George Clooney (¡qué malas y aburridas son sus películas comprometidas, como Syriana y Michael Clayton!), la película contiene una explicación progre sobre la maldad y la corrupción del sha (los mismos delitos que los inmaculados liberales británicos achacaban al zar Nicolás II, que si tuvo un defecto es que fusiló a demasiados pocos comunistas) y concluye con unas palabras de Carter en que éste explica que el rescate fue una acción «pacífica». Sí, pero también él mandó una unidad de comandos para rescatar a los rehenes, que fue un desastre en el que murieron ocho personas.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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