La Marea de Pérez Henares

El «Molt Honorable» es tambien «el muy intocable»

Con el yerno del Rey camino del banquillo y bajo fianza y la Pantoja sentada ante el juez, habría dicho uno que los tabúes en España habían caído por completo. Que ya no le valían ni al real suegro. Vamos que ni bajo el resguardo de la Corona ni al amparo de la copla se está a salvo de la libertad de prensa y de las puñetas judiciales.

Pero resulta que no. Que hay un “oasis” donde no tiene permiso para entrar la información y conservan sus residentes una bula para pastar a sus anchas en sus feraces prados sin que nadie ose siquiera publicar sus retozos. Se llama Cataluña pero no vale solo con estar allí para obtener tan preciada patente, que se diría que además y siguiendo tradiciones muy mediterráneas, es de corso. Para gozarla plena hay que tener un intachable pedigrí nacionalista y no dar un paso sin la bandera por delante. Y por detrás.
Porque visto lo visto al título de “Molt Honorable” que se atribuye por definición al Presidente de la Generalitat habrá que añadir a la luz de los hechos el de “Muy Intocable”. Y a la más mínima insinuación de lo contrario o ante la más gruesa y contundente prueba de que puede no ser lo que se pregona, al susodicho le basta con el envolverse en la senyera y ¡ay! de quien ose atacarle porque a quien se mancilla y ensucia es al símbolo sagrado. Que es lo que han hecho desde siempre y hacen ahora estos Pujol y estos Más: acogerse a sagrado, arroparse con la bandera y volear las campanas contra el agravio infligido a la parroquia.
Lo que estamos viviendo tiene mucho que ver con aquella imagen y reacciones ante el dedo que señala a la luna. A la luna suiza en este caso y a unos dineros que andan por allí y que alguien los ha llevado y es más que probable que además se los haya llevado. Porque de algún lugar habrán salido los pingues dineros suizos, digo yo. Ni en los “oasis” crecen los euros en las palmeras.
Pero en vez de preguntarse por ello, por como es posible que a tan honorables ciudadanos no les valga ya con el “oasis” sino que se acojan a paraísos fiscales y que de donde han sacado tanta pasta, resulta que todo la atención queda fijada no en la luna, ni en Suiza, ni en la evidencia del dinero, sino en el dedo. ¿De quien es el dedo? ¿Qué pretende el dedo? ¿Cómo se atreve el dedo?.
Y desde luego que habrá que echarle un ojo al dedo. Pero lo que de verdad importa es la luna, lo que hay en esa cara oculta de la luna que huele tanto a dinero. Porque lo que nadie parece negar es que el dinero haberlo , “haylo”. Y ya está mal que haya llegado donde está pero pinta aún peor el de donde ha salido. Y habrá que investigar y preguntar por ello. Aunque te excomulguen, te cuelguen el sambenito por haber osado discrepar del Movimiento Nacional y los inquisidores mediáticos que antes lo fueron del “otro” te envíen a la hoguera y las tinieblas.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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