La Marea de Pérez Henares

La «cabañuelas» de la economía

Las “cabañuelas” de la economía

Las previsiones económicas a un año visto, o hasta dos o tres, me empiezan a sonar a las “cabañuelas” meteorológicas, más o menos en la misma credibilidad en ese espacio de tiempo que la Agencia Estatal de Meteorología, o que de las encuestas, estas a una semana, de las elecciones catalanas, o que de los 300 profetas-expertos del Apocalipsis o que las previsiones para el siglo y la inundación total de los continentes según el catastrofista de guardia para el Cambio Climático.

La OCDE, el FMI, el BCE, el nuestro, todos los estudios de bancos y cajas y hasta la bruja Lola nos tienen dicho que la cosa está muy mal y añaden que peor se va a poner en diferentes graduaciones. Luego cada uno, como galenos alrededor del moribundo, empieza a recetar. Por lo general : sangrías y purgaciones. Subir el IVA, bajar el seguro de desempleo, no revalorizar las pensiones, recortar más en sanidad y en educación y algunos otras amputaciones añadidas. A uno se le ocurre que puestos también podíamos recortar en informes y sus publicitaciones y a lo mejor salíamos ganando todos. De entrada. Cada vez que abren la boca nos hacen un roto y lo que andaba constipado tiende a la pulmonía.

Todos estos y muy liberales señores deben de tener toda la razón en cuanto a cifras, números y magnitudes. Pero estamos hablando, además, de seres humanos, de personas y de vidas. De una España donde viven cuarenta millones largos de españoles pasándolas, en su mayoría, bastante canutas en mayor o menor grados y algunos en grado de angustia.

La última carga de esta Brigada Pesada era advertirle al Gobierno que no se le ocurriera revalorizar las pensiones, que es de lo poco en que curiosamente si quería que hiciera la población entera. Uno esperaban que lo hicieran del todo y al completo, aunque se fastidiara alguna cosa y hubiera que sacarlo. Con la bajada de la inflación al 2,9% este mes de noviembre, la factura era algo más pequeña, 3.800 millones y parecía que era posible prorratearla de alguna forma y estirarla en el tiempo. Lo que sea, pero esta vez, este año, en este preciso momento, me parecía imprescindible el hacerlo. O llegar lo más lejos en ese objetivo que se pudiera.
Hechas las cuentas el Gobierno, al que le lloverá una somanta, ha optado por llegar hasta donde ha estimado que podía. Subirá el 2% a las pensiones menores de 1000 euros, que son el 70% y las de mayor cuantía tendrán que conformarse con el 1%. Es, según, dicen al máximo que podían llegar sin poner en gravísimo riesgo el objetivo del déficit.
Parecerá poco y es menos de lo comprometido, pero es algo y desde luego el criterio es justo de reducir la rebaja en los que menos perciben y entender que las pensiones más altas han de conformarse con menor subida. Toda la población esta sufriendo en sus salarios y eso, aunque doloroso, es entendible. Pero es importante que hayan llegado hasta ese 2% en la mayoría de los casos, aunque siento que no hayan podido alcanzar la revalorización completa del 2,9%.
Porque más allá de “cabañuelas” de los meteorólogos económicos la gente lo necesita como salvavidas, porque muchas familias dependen en tantas veces de esos pensionistas: hijos y hasta nietos. Y en estos momentos de tribulación este es en ocasiones el último asidero.

Que luego, cuando escampe un poco, eso lo tengamos que mirar y hasta que ponerlo en cuarentenas y reformas, pues que se haga. Pero ahora, en este momento, es exactamente cuando no puede hacerse. Puede resultar contradictorio, pero para “recortar” en pensiones habrá que aguardar a tiempos de cierta bonanza y de más trabajo. Paradoja pero necesidad obliga. Me parece.
Y la otra. Ni brotes verdes ni leches. Pero un poco de ánimo y de confianza si hace falta. La economía son cifras, de acuerdo, pero también estado de ánimo. Uno empieza, como reacción irracional pero muy sentida, a estar hasta el gorro de la profecía cotidiana de que estamos ya más que muertos, remuertos. Y hombre no es para decir que “los muertos que vos matáis, gozan de muy buena salud”, pero esto, al menos, respira. El enfermo esta malito, pero aun tulle y bulle. Hasta, hay mañanas, en que parece incluso que da señales de estabilización y algunas hasta de mejoría.

SUPERCHOLLOS

¡¡¡ DESCUENTOS SUPERIORES AL 50% !!!

Las mejores descuentos de tiendas online, actualizados diariamente para tí

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

Lo más leído