Bokabulario

«¡¡Al rico indulto!!»

«¡¡Al indultito fresco!! ¡¡Recién traído del Consejo de Ministros!! ¡¡Que me los quitan de las manos!! ¡¡Menudo indultito bueno y rico que tengo, señora!! ¡Acérquese y mire, que no molesta! ¡Da igual si es etarra, ha organizado el Gal, o es un kamikaze! ¡Le indultamos y a la calle! ¡Para el niño y el senador!»

Uno de los mejores reportajes periodísticos del último año, por detrás, eso sí, de las revelaciones de El Mundo sobre el patrimonio de la familia real de Cataluña, la corrupción de la cúpula del PP y los chanchullos de Urdangarín fue el que trató la máquina de concesión de indultos que ha montado la casta política, aparecido en El País.

Si uno lee el Código Penal español y las declaraciones de los progres, sean jueces o columnistas, pensará que tenemos un sistema penal terrible, en el que un preso puede pasar 40 años en la cárcel. La realidad es que el sistema está atenuado por el uso de la libertad condicional y el abuso del indulto. Ya Francesc Cambó lamentó a principios del siglo XX la peste de los indultos, que permitía a conspiradores, terroristas y magnicidas librarse de la cárcel y de los castigos que merecían. El dictador Miguel Primo de Rivera conmutó la pena de meurte a los asesinos del presidente del Gobierno Eduardo Dato y éstos fueron puestos en la calle por la amnistía decretada por el gobierno Provisional de la República. En conclusión, un magnicidio político se saldó con menos de diez años de cárcel. Es para pensárselo, ¿no? Uno de los primeros actos del Gobierno ilegítimo del Frente Popular (no ganaron las elecciones; nunca publicaron los resultados oficiales) fue liberar a los terroristas y golpistas que participaron en el golpe de Estado socialista y separatista de octubre de 1934.

Los primeros gobiernos de Adolfo Suárez liberaron no sólo a opositores al franquismo, sino a terrorista; la amnistía bloqueó la investigación de los asesinatos de Carrero Blanco, de los sucesos de Montejurra y de la desaparición de tres gallegos realizada por etarras en Francia. Desde entonces, los indultos han rondado los 17.000, y han afectado a ministros condenados por secuestro, como José Barrionuevo, políticos corruptos como los de la catalana Unión Democrática, policías condenados por torturas, traficantes de droga, banquerosCuriosamente, gente con dinero o poder… El último, el conductor asesino indultado (porque ha habido otros antes que éste) es directivo de la empresa Opel. Su nombre: Ramón Jorge Ríos Salgado.

En cambio los pobres, al talego, como la madre desempleada que usó una tarjeta de crédito que se encontró para comprar comida y pañales para sus hijos.

Estas vulneraciones de los principios de justicia y reparación del daño causado, esta desigualdad y este atropello a la división de poderes, las leyes y los tribunales conducen no sólo a la deslegitimación de los políticos, sino a que algunas víctimas traten de tomarse la justicia por su mano.

¿Habrá ya un indulto preparado para el ex senador y ex secretario general del PP Luis Bárcenas?

(Aquí, Alfonso Guerra, otro que se ha hecho rico después de salir de la alta política, defendiendo el indulto a unos socialistas por corrupción y aplaudido por la chusma de su partido.)

CODA: Entrevista a Fernando Arias Salgado sobre la guerra en Mali.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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