Así fueron mis siete minutos y medio de indignado.
El viernes salí de la Biblioteca Nacional, junto a la Plaza de Colón, a eso de las 20:20. Vi el tráfico cortado en la calle Génova y los rotativos de los coches de la Policía, y decidí ir allí, como también estuve en Sol durante la acampada de los guarros (me refiero a la higiene) del 15-M.
A la altura de la calle del Marqués de la Ensenada coincido con un grupito de chicos y chicas (monísimas) que viene del Instituto Francés de aprender francés. Algunos de ellos y ellas dan grititos de entusiasmo ante la juerga con que se encuentran y dicen de unirse a la revolución.
Junto a las vallas, entre ochenta y cien personas. Mezclados entre los manifestantes, todos callados en esos momentos, varios periodistas identificados con chalecos. ¿Los que mandan la conexión en directo a la web de El País? La poca gente presente es de todo tipo, pero no tienen pinta de ser desahuciados ni hambrientos. Los carteles que llevan están hechos a mano. En una esquina, tres personas que pasean dos perros y hablan entre ellas. Detrás de mí cinco o seis más, algunas con pintas de haber salido de las oficinas de los alrededores (es decir, con traje oscuro y corbata) toman fotos con sus móviles o hablan por ellos para decir: «¿Sabes dónde estoy?».
De pronto, de una calle lateral surgen cuatro mujeres ya mayores, con pinta de liberadas sindicales, que llevan carteles impresos y tratan de calentar la manifestación con gritos de «Esto nos pasa por un Gobierno facha». Es decir, lo que les indigna es que el Gobierno sea «facha», no la corrupción. Se nota que tienen experiencia en algaradas callejeras y manifas sindicales. La mayoría de los reunidos no se une al coro. Se nota que todavía no han llegado los profesionales ni los zejateros.
Hace frío y me voy a casa, que tengo un paseíto, porque a los precios a los que el PP ha puesto el metro de Madrid trato de ir andando a todas partes. Más tarde llegó el amigo Carmelo Jordá y tomó estas fotos de las masas airadas.
¿Sabéis lo que estuve haciendo en la Biblioteca Nacional, una de las instituciones públicas que mejor funcionan en España y que ni la mujer-florero Rosa Regás se pudo cargar? Leyendo un libro sobre la corrupción del PSOE publicado en 2012 por una editorial importante y que no reseñaron ni El Mundo, ni ABC, ni La Razón, ni Libertad Digital, ni Periodista Digital, ni La Gaceta, ni la COPE, ni Onda Cero, ni Antena 3…
¡Qué curioso! El PP en el Gobierno + Rubalcaba al mando del PSOE en la oposición + El País retransmitiendo en directo las manifestaciones ante las sedes del PP = el PP calladito y escondido.
¡¡ME NIEGO A MANIFESTARME CON LOS ‘WALKING DEADS’ DE RUBALCABA Y ‘JANLI’!!
CODA: Un análisis sobre la responsabilidad del Gobierno en la tremenda crisis institucional que padecemos. Y por qué la gente no cree al PP.