Bokabulario

A los irresponsables se les da un piso o un indulto

Un policía que da una paliza a un árbitro de 17 años, una vieja desahuciada que no quiere irse a un piso concedido por una Administración porque está lejos de su barrio…

Ahora los izquierdistas dicen que ellos jamás han gobernado España. Una socialista profesora de derecho constitucional y procuradora en las Cortes de Castilla y león propone convertir el Estado en federal y añade, como gracia, que eso no se hizo «porque en la redacción de la Constitución de 1978 aun (sic) pesaba mucho el eslogan ‘una, grande y libre'». En mi opinión, han gobernado casi ininterrumpidamente, y desde varios años antes. En una sociedad, más importantes que las leyes son las costumbres y las conductas, y la izquierda nacida del 68 ha convertido en principios la irresponsabilidad, la irracionalidad y el pensamiento débil, que el zapaterismo exaltó a dogmas. Ya sabéis, la Tierra no es de nadie, salvo del viento y el feto humano no es un ser humano.

Un ejemplo: el sindicato del cine, que insulta a media España en la Gala de los Goya y luego se enfada porque cada vez va menos gente a ver las películas españolas. Otros dos ejemplos recientes:

Un policía nacional apalea a un árbitro en un partido de fútbol de regional de tal manera que al chico, de 17 años, le extirpan el bazo. Este canalla seguirá siendo funcionario y portando un arma, y acabará cobrando una pensión pública. Eso si en el juicio -que debería ser instado por el Ministerio de Interior- no se llega a una sentencia de conformidad que concluye con unos meses de prisión y una multa. O en el peor de los casos, un indultituto (bueno, fueron dos), como el que recibieron varios mozos de escuadra condenados por torturas de las manos de Alberto Ruiz Gallardón.

-Una anciana gallega que ha disfrutado de un alquiler de renta antigua y protegida (nefasta herencia del franquismo, sobre todo del falangismo social) y ha sido desahuciada por impago a instancias de los dueños del piso casi expropiado, recibe el apoyo de Stop Desahucios y encima ella rechaza dos (sí, dos) viviendas de alquiler social que le ofrece la Administración porque no están en su barrio. Los activistas han gritado delante de la casa: «No son desahucios, son asesinatos». Y el premio a su demagogia es aparecer en todos los medios de comunicación gallegos y algunos nacionales. Hasta el defensor del pueblo gallego se ha metido en el asunto.
Ah, la mayoría de los desahucios no son instados por malvados banqueros por impago de préstamos hipotecarios, sino por particulares propietarios de pisos por impago de alquileres. Otro hecho que ocultan los profesionales de la bronca.

En las noticias que dan El Mundo y El País sobre los desahucios -junto a casos para llorar hay otros que ilustran sobre la estupidez humana y el fracaso del modelo educativo, ya que la gente no sabe hacer multiplicaciones y divisiones- me llama la atención que cada vez hay más comentarios de gentes normales enfadadas porque ellos acaben pagando los platos y ladrillos rotos por quienes aceptaron préstamos hipotecarios por el 110% del valor de un adosado en Seseña. Es una esperanza de cambio, como la que registra este inversor en bolsa de que están aumentando las aportaciones de los españoles en las empresas cotizadas para rentabilizar sus ahorros en vez de gastárselos en cruceros, Cayennes y viajes a Punta Cana.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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