La Marea de Pérez Henares

Un país en el banquillo

La doctrina Parot ante el Tribunal de Estrasburgo, las leyes esenciales que aprueba el Parlamento ante el Constitucional, Pepe Blanco ante el Supremo, el PP, la Gurtell, Barcenas y sus “papeles” ante la Audiencia Nacional y con dos jueces disputándose la “presa”, los ERES y el socialismo andaluz ante la juez Alaya, Pujol & Cia ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña , el yerno del Rey y ya veremos cuantos más y si hasta la comisionista Corina , con el demoledor efecto sobre la imagen de la Corona ya irreparable, ante el juez Castro, los de Bankia ente Andreu y los de diversas cajas cada uno ante su juzgado correspondiente. Por Mallorca, Matas, por Galicia los Pokemon de todos los pelajes y por todos los rincones políticos de todo signo y alcaldes y concejales de todas las siglas y colores, con la excepción, por ahora, de los que todavía no han tocado pelo y poder. La lista de imputados, que ya con solo la palabra suena a culpable aunque no sea así, encausados, que es paso siguiente y donde quizás hubiera de colocarse la línea roja de obligatoria dimisión y, los menos, casi nadie, hasta condenados resistiéndose con recursos y triquiñuelas a pisar cárcel. Todos, de condición y gobierno, España en sus representantes, sus instituciones, sus partidos políticos y ya no digo financieros , empresarios, con el ex presidente de la CEOE, Diez Ferrán a la cabeza, y ya hasta sindicalistas como el conseguidor Lanzas, está sentada en el banquillo.
La sensación resulta cada vez más asfixiante y hasta de creciente paranoia para quienes cada mañana han de asomarse al desolador panorama, que somos todos. Los medios de comunicación, en el torbellino, aparecen como mural de los edictos judiciales, testigos de cargo, fiscales in pectore o, depende el colorido de los reos, incluso abogados defensores. No pocas veces, además, pretendiendo ser juez y parte.
Y todo va, viene, se revuelve, se retuerce y nunca acaba o parece que no va a acabar nunca. Simplemente engorda. Cada día es más grande la bola, cada hora se suma y nunca se resta, ni se concluye ni se aclara. Vemos el principio de los procesos, los torbellinos rabiosos de las iniciales aguas bravas y turbulentas pero todas y cada una parecen luego estancarse en las curvas serpentinas de los meandros y no abar nunca en desembocar en mar ni claridad alguna. Al final todo huele a cieno y en el lodazal nos estamos enfangando todos. Sin que quede en absoluto exenta quien podría limpiar al menos algunas letrinas, La Justicia.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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