La Marea de Pérez Henares

Luces exteriores, tinieblas interiores

Cuando un partido gobierna, si la economía va mal, la culpa es de otros, sean agentes exteriores o herencias anteriores, pero si va bien es sólo por méritos suyos. Para la oposición es exactamente igual, pero al contrario. Si la cosa marcha fatal es culpa exclusiva del gobierno pero si se endereza viene a decir que ha sido casi a pesar de él.. Ah! Y es indiferente el partido que ocupe gobierno u oposición para constatar tal axioma.

En esas andamos estos días. Hay algunos hechos indudables. Resulta que la confianza exterior en España, en el desolladero tras la etapa zapateril, se ha ido recuperando. La pruebas son múltiples y algunas hasta vistosas e importantes. La prima de riesgo filtrea con bajarse de los 300, desde máximos de 650 que nos tenían más que al borde del precipicio y del rescate.- ese que nos profetizaban cada día iba a ser mañana o todo lo mas pasado y ahora los del Apocalipsis dicen que no importa nada- el bono a diez años esta al 4,2% desde aquel 7% asfixiante y colocamos deuda al interés más bajo de la historia. Se supone, además, que confiados en que cumplimos y pagamos, esa es la clave, hasta nos darán algo más de margen y tiempo, los de Bruxellas.

Y ya estamos en las mismas. El gobierno saca pecho y se apunta el tanto y la oposición minusvalora la cosa y a continuación señala que ha sido por lo de Japón, por lo de Italia, porque ha salido el lucero, el vespertino o el del alba. Lo mismo da que da lo mismo.
Bueno, que discutan. Pero lo cierto es que en lo que se refiere a fuera, hemos recuperado y ganado crédito. Y no es baladí. La luces exteriores parecen algo más que señalan y tranquilizan presentes y hasta señalan pistas de futuro.

Pero esa confianza recuperada exteriormente se transforma en tiniebla interior. Que parece mucho más difícil de recuperar. La causa esencial, la prueba del algodón, no es una sino más de seis millones de parados, los que cantara con clamores fúnebres la EPA que hoy saldrá a la luz. El coche, es cierto, se lo encontraron estos dejado por los otros en siniestro total , gripado, echando humo, sin ruedas, sin gasolina y hasta sin quien nos la fiara. Lo sabemos todos, sí. Pero estos señores del taller, estos mecánicos del señor Rajoy, nos tocan las cuerdas, nos aprietan las clavijas y nos retuercen los manguitos, pero el vehículo sigue sin arrancar, oiga. Cunde la desesperanza y hasta el pánico. ¿Marchará alguna vez a o al paso que vamos acaba, y acabamos, en el desguace y desguazados?

Seguro que sale la ministra de Trabajo, como salía su antecesor en el cargo, diciendo que este trimestre ha sido menos malo que los de otros años. ¡Pero señora! Es que no vale. Es que no puede irse al paro quien está ya parado. O sea, que sí, que van menos pero es que cada vez son menos los que quedan trabajando.

De esa cifra tenebrosa, con millones de caras y de historias angustiosas, viene la sensación de tiniebla interior que nos invade. Esa es la que de verdad importa, la que o se despeja o nos sume a todos y a España en la peor de las calamidades. Donde puede pasar de todo y nada bueno y donde populismos desabrochados, pesadillas totalitarias, tentaciones nihilistas y destructivas pueden irse abriendo paso.

Que esa es otra. Algunos no parecen darse cuenta de que determinadas acciones-como las antidemocráticas de pretenden rodear y hasta tomar la sede de la soberanía popular, el Congreso, son una atroz vuelta hacía lo peor de nuestro pasado- y posiciones seguídistas, mojigatas o desnortadas de estas corrientes y otras por el extremo contrario no traen ni luz ni esperanza, sino ruido, caos y a la postre más miseria.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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