La Marea de Pérez Henares

El complejo islámico

Al diario El País, el asesino que degolló a un soldado ingles y luego se hizo grabar la “hazaña”, le parece, y así tituló a cuatro columnas “un buen chico rodeado de malas compañías”. No hace otra cosa el periódico que ser fiel a un mantra de nuestro pretendido progresismo de tener siempre una exculpación para según que atrocidades siempre y cuando hayan sido cometidas según y porque personas o motivos. El islam tiene cierta bula. Como me escribía una lectora en un tuit tan preciso como contundente “Cuando se nos asesina se nos asesina en nombre del islam, siempre hay un gilipollas que lo justifica”. Incluso cuando asesinan a 192 compatriotas en unos trenes un 11-M.

En España, según me confesaba un ministro de Interior ya en tiempos de Zapatero, estaban detectadas más de cien locales, oratorios y mezquitas en las cuales se predica violencia, se justifica el terrorismo y se vulnera de manera sistemática tanto la ley española como la declaración universal de los derechos humanos. En nombre y al amparo de la religión. Que, por supuesto, y en su pretensión teocratita, prevalen sobre cualquier Constitución y cualquier Derecho.

Ese es el caldo de cultivo, eso es lo que no tenemos que ir a buscar a ningún lejano desierto sino que está en la puerta de nuestras casas, como lo esta en el corazón de Paris, de Londres o en Estocolmo, por poner tres ejemplos muy cercano y palpables de lo que está sucediendo y no queremos ver ni afrontar.

Y no se te ocurra señalar el problema, no levantes la voz observando que nada hay en ello de libertad o de libertades, que la pretensión es la tiniebla peor y que lo que se conculca es precisamente por lo que se ha luchado y sufrido durante largos siglos, aquí en Europa precisamente también contra otros poderes religiosos. En suma que la libertad religiosa no puede jamás ser excusa para imponer e imponerse por el terror, conculcar los principios esenciales de convivencia, destruir el conjunto de derechos y libertades y pretendiendo en principio mantener en sus guetos normas y conductas que sistemáticamente los ignoran sin ocultar la intención de, si pudieran, extenderlos, queramos o no a todos.

La reacción buenista hacía ellos pero inquisitorial y descalificadota hacia quien ose siquiera exponer el asunto es de sobra conocida. Uno será acusado de inmediato de xenófobo y racista. Como poco. Y con eso se dan por contentos y dan el problema por resuelto. La culpa es de nosotros que no los integramos ni los respetamos. Listo. Sucede luego que en esos barrios, en esas ciudades donde las clases más populares sufren la verdad de lo que pasa, sin que valgan pegatinas, sus habitantes, que se sienten amenazados e intimidados acaban votando a Le Pen. Si, esos obreros que votaban al PCF o a los socialistas, esos suecos que están hasta los pelos de que cuadrillas de jovenzuelos subsidiados por sus impuestos les quemen los coches, las casas y las escuelas o esos ingleses a quien no les guste nada que “un buen chico” les degüelle a uno de sus soldados en pleno Londres. No vale con el sambenito de reaccionarios o de extrema derecha. No vale. Si hay algo retrogrado, si hay algo atroz, medieval, tenebroso y terrible para el ser humano es precisamente es islam que esos predican y que intentan imponer a todos. Pero aquí somos tan estúpidos que encima aplaudimos alborozados sus avances como hemos hecho ñoñamente con la jaleada “primavera árabe”.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

Lo más leído