¡Qué asco de debates hay en España! De asuntos como las pensiones públicas y el endeudamiento apenas se habla. En cambio de Bárcenas, sabemos hasta dónde se compra los abrigos.
Por Infocatólica, me entero de una entrevista a un teólogo vinculado al Papa, padre Giertych, sobre las consecuencias de que los Estados se endeuden sin frenos. Estoy de acuerdo en que se están creando en Europa (que ha entrado en un invierno demográfico) los elementos para un conflicto intergeneracional. ¿Hasta cuándo aceptarán los jóvenes trabajar para pagar las pensiones de los viejos?:
el Padre Giertych habló sobre «la cuestión moral de gastar dinero y tirarle la deuda a la próxima generación, a una generación que ha sido abortada parcialmente, que no se ha encontrado con la generosidad de los padres», y la describió como «la preparación de un conflicto violento entre generaciones».
«He visto esto desarrollarse, sin duda en Europa», agregó el Padre Giertych. «En Estados Unidos, al menos hay un debate público sobre la moralidad de extender la deuda pública y tirarle la responsabilidad a la generación futura».
Los niños que viven en la pobreza porque sus padres experimentaron una tragedia o guerra, pueden vivir con sus circunstancias, comprendiendo la calamidad que los llevó a su estado, explicó. Sin embargo, contrastó eso con «un vasto segmento de la sociedad que dice que somos pobres comparado con lo que tenía la generación de nuestros padres, no porque hubo alguna catástrofe, sino porque la generación de nuestros padres consumió toda la [riqueza] y nos tiró la responsabilidad a nosotros».
Por ejemplo, el economista de izquierdas Juan Francisco Martín Seco defiende el sistema público de pensiones y denigra los fondos de pensiones privados con el argumento sentimental de atender a los mayores. ¡Los mismos que defienden el aborto y la eutanasia!
Si lo que proyectamos es una especie de eutanasia colectiva, si vivimos en una sociedad que no quiere mantener a sus mayores, digámoslo claramente, pero no engañemos al personal con los fondos de pensiones.
Pero no hay un debate sobre lo esencial: ¿cómo se puede mantener un sistema público de pensiones de reparto con una demografía invertida y un paro superior al 20%?, ¿con más inmigrantes dedicados a poner ladrillos y copas?, ¿conservando el estado autonómico, que es uno de los mantras de la izquierda, que al menos Martín Seco no practica?
La izquierda es tan boba que con la pamema de la ampliación de derechos (concepto puesto en marcha por Zapatero) aceptará la legalización de la eutanasia, que no es más que el mecanismo para limpiar la sanidad y la seguridad social de cargas contables, o sea, de personas ya no rentables. En Bélgica y los Países Bajos ya se sacrifica a los niños para aliviar a sus padres.
