Hoy nos duelen hasta las buenas noticias
Es duro, muy duro, seguir con tanta muerte en el espejo retrovisor estremeciéndonos hasta el tuétano.
Sentimos a todas las victimas como propias y alguna tienen el nombre y el rostro de amigos y compañeros bien queridos como Enrique Beotas.
Solo consuela el comprtobar como en estos momentos aflora y emerge lo mejor de España, de este pueblo nuestro con sus defectos, sí, pero que tambien sabe como pocos de solidaridad y corazón generoso