La Marea de Pérez Henares

Barcenas, líder de la oposición

Desde la cárcel. Imputado por cinco delitos. Tras haber amasado una “incompresible” fortuna de al menos 48 millones de euros, que a casi nadie parece importar. Luis Barcenas se ha convertido en el líder de la oposición. Es el quien pretende derribar al Gobierno, deshacer el partido que lo sustenta y forzar la dimisión del Presidente. Es el quien presenta la verdadera “moción de censura”, esa que Rubalcaba no puede presentar, porque de sobra sabe que proponerse como alternativa, como aspirante a dirigir España, produce una risa llorosa y carece de apoyo y votos hasta en sus propias filas. Barcenas es para el y para tantos, desde IU a UpyD, desde el BNG a ERC pasando por la filoetarra Amaiur, su referencia absoluta, el único tema a tratar, lo que en exclusiva debe interesarnos, ¿a quien le importa ya eso del paro?. Barcenas es líder y Pedro J. Ramirez, su estratega, el director de campaña y jefe de comunicación. Ayer, con todo énfasis y desparpajo, como lo más lógico porque en estas circunstancias lo es, dictaron a los voceros parlamentarios, trasmutados en comparsas, las preguntas que deben hacerle hoy a Mariano Rajoy.

Barcenas y sus voceros han logrado transformar el caso Gurtell en el caso Rajoy. Lo suyo y lo de su cuadrilla, las ingentes fortunas acumuladas y evadidas , ya no parecen tener relevancia ni necesidad de explicación alguna. Es el caso PP y ya ni siquiera eso. Es Rajoy, y de paso Cospedal, hacía donde se enfilan todas las baterías. Porque ya ni siquiera quienes estaban al frente de la organización en aquellos años de los 90 y primeros de los 2000, con Aznar en el vértice absoluto de la pirámide, son señalados ni siquiera mentados. Con ellos no va la cosa ni contra ellos arremete Bardcenas a través de quienes se han subido a su caballo y cabalgan desde hace meses ese tigre. Tanto que parece que algunos en los medios de comunicación y en la oposición política por quien parecen poner la mano en el fuego, de quien se fían y a quien fían todo es al preso Barcenas, a sus cómplices y su mujer, la pobre, tan elegante y delicada y que lo está pasando tan mal.

Hay base, que duda cabe para irse por ese camino y entregarse a esa derivada. Barcenas no fue un cualquiera en el PP sino quien tenía la llave de sus dineros. Y en la banda de la Gurtell formaban en vanguardia cargos “populares” sin cuya ayuda y adquiescencia no hubiera podido actuar, extenderse y medrar. Al fondo del arcón esta, además, la cuestión esencial, si todo ello formaba parte también de la posible financiación ilegal del partido en una de sus secuencias. La otra serían los donativos ilegales de empresarios que denuncia Barcenas. Pero lo esencial es que el PP es el partido del Gobierno y de los gobiernos de la mayoría de las autonomías y ayuntamientos. Es el Poder con mayúsculas en España y ello hace que el asunto adquiera dimensiones de un problema nacional y hasta de Estado.

Pero sin dejarlo aparte y teniéndolo presente de manera primordial, el griterio y el tumulto no debiera, aunque lo pretendan los encausados, hacernos perder otras perspectivas. La primera la ya dicha: Que quienes han de responder por los delitos son Barcenas y su tropa Gurtel, a la que parece pastoreaba y a la que dejaba y ayudaba a “trabajar” siempre y cuando le pagara sus “parias” pertinentes. El Gran Padrino, vamos. O el protector de las “Taifas”.

La segunda es ahora la candente. Pero ¿de que se acusa a Rajoy?. Pues en realidad de tan solo dos cosas: Haber cobrado un sueldo, sobresueldo, dietas o complementos del Partido. O pagarle trajes para que diera bien en mitines o teles, lo que no resulta por cierto nada anormal y que hasta se hace para los presentadores de cualquier cadena. Nada, lo de bonito o feo es otra cuestión, punible. En absoluto si fue declarado pero que tan solo si lo percibió siendo ministro en 1997 tendría tacha de incompatibilidad. Rajoy ha negado tajantemente cobrar en negro. Está comprometido con su palabra. Barcenas no ha aportado una sola prueba, excepto su propio manuscrito elaborado no se sabe si entonces o ahora pero que cada vez parece más claro que manufacturado torticeramente como pieza y parapeto de escape, tanto de defensa, como de ataque y de trampeo al final para tapar lo crucial: su pasta.

La segunda acusación es que Rajoy mantuvo contacto y cierto trato de apaciguamiento con quien fue gerente y a quien nombró tesorero. Está claro, a la vista de los hechos, que en un momento confiaba en el. Y ese es un error que de entrada debe reconocer sin ninguna excusa. Fue engañado. ¿Hasta cuando? es la pregunta?. Sin duda, porque lo mantuvo como gerente y luego lo ascendió a tesorero, incluso hasta después de expulsar a los de la Gurtell de Genova, lo que llevo a cabo en 2004, al convertirse en el líder del partido. Estos se refugiaron en las comunidades de Madrid y de Valencia. En Valencia la connivencia duro mucho tiempo . En Madrid también Aguirre se vio burlada. A Lopez Viejo, que estaba en la trama, lo nombro consejero, aunque, es cierto también, lo fulminó junto a los demás en cuanto cayó en la cuenta del juego y fue así como replicó a la amenaza que a ella también le hicieron. La Gurtel, en cualquier caso, está esencialmente ligada a un tiempo, un momento del PP, un Aznar omnipotente y su reflejo esencial es aquella boda de su hija en El Escorial. Por si se intenta olvidar interesadamente.

Barcenas apareció en un primer momento en la trama como implicado pero de manera tangencial, ya lo había estado en el caso Naserio y también logro pasar desapercibido. Por cálculo, miedo o buena fe, a algunos convenció de que lo suyo no era nada. A todos no. Menos que a nadie a Cospedal, que quiso ponerlo de patitas en la calle, con cirugía urgente sin apaños como el engendro del pago diferido de indemnización que luego tuvo que defender de mala manera. Rajoy en ello aparece de perfil y cuando Barcenas es desimputado lo felicita y se felicita. Con prudencia. Esperando que se confirme. Pero lo que llega en 2012 es la verdad desde Suiza. Que Barcenas se ha llevado una inmensa fortuna que nadie sabe de donde ha salido aunque todos intuyen la fuente, o las seis fuentes, que aquí si las ahí, y muchas más, de suministro.

El segundo error de Rajoy toma entonces cuerpo. La solución al problema no era, como el quiso hacer, sellar la fosa séptica. Había que limpiarla y desinfectarla hasta el fondo. Estalló y la mierda les ha alcanzado a todos..

Barcenas, pillado con las manos en la masa, intenta hasta el chantaje imposible, para librarse de la cárcel. Y ya preso, se quita la careta y esa doblez de negar en juzgado lo que el mismo filtraba y ejecuta su amenaza. Con dos objetivos esenciales. Cospedal como venganza y Rajoy como cabeza ahora de la organización y pieza máxima que puede ofrecer para que a su alrededor se concite esa gran monteria a la que estamos asistiendo donde perreros, rehalas, podencos, alanos, punteros y de agarre llevan meses batiendo el monte para lograr que el gran macareno rompa al puesto donde le espere el montero y le meta la definitiva bala en el codillo. O hasta más fácil, que acuda al agarre , ya con el navajero, agarrado y bien sujeto por los perros, y lo remate de cuchillada firme y certera. Es aconsejable en tales lances, entrar por atrás.

Eso tiene que ser hoy. Pero tienen dos problemas. El capitán de montería es un inquilino de Soto del Real y quien ha cerrado la “mancha” y ansia colgar el trofeo disecado en su chimenea no tiene “puesto” en las “armadas”. O sea, que quien a de rematar el lance y dar el golpe de gracia es Rubalcaba. Es a quien le ha tocado el puesto en el sorteo. Y no resulta nada fiable como cazador. Es como mucho “un media cuchara”, de pulso y papada temblonas. Nada que ver con ese mentón cuadrado y matador de Luis “el cabrón”, como era gráficamente conocido entre los de la partida. Tan poco seguro se ve a si mismo el propio Rubalcaba que lo que ha venido a pedir es que se lo maten otros, que se suicide el bicho o se lo liquiden los suyos propios y pongan a quien más les guste, el frailunamente sugiere que a Soraya, a la de los otros porque la suya, la otra, aun da más risa floja que el.

Por ello a uno le empieza a parecer que en vez de a esa cacería mortal a lo que vamos a acudir es a un apedreo. Y no he visto nunca que una pieza de tal envergadura se cobre a pedradas. La lapidación de una victima indefensa o enterrada sí. Pero no es el caso. Este tiene colmillos. Aunque haya cometido en la serie su tercer error importante. No pasar por lo que tiene que pasar mañana, tragarse el gran sapo, recibir un diluvio de cantazos, tomates, huevos y bombas fétidas, hace ya tiempo, hace ya unas semanas. La explicación, sus razones ya sabemos que a PSOE, IU y la patulea de nacionalismos separatistas y hasta filoterroristas que pululan por la cámara ni las vana escuchar siquiera. De hecho ya han dejado claro que les da igual lo que diga, que dimita y fuera, que para nada les interesa otra cosa, y menos que nada, por supuesto, la nación y su futuro, que el hacer toda la sangre que puedan.
En realidad lo que mas juega a favor del presidente y su Gobierno es la percepción intensa e inmensa de que si hay algo que produzca mayor zozobra que su Gobierno es la posible alternativa de esta ensalada de oposición que sufrimos encabezada por quienes ayer dejaron el país hecho la peor de las ruinas. Pero Rajoy, amen de soportar la granizada, ante quien debe explicarse y a quien debe inexcusables explicaciones es a los españoles, a todos nosotros. Es a quien se debe y ante quien comparece. Y es donde hasta incluso pueda encontrar quien lo comprenda si se expresa con verdad y con razón

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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