La Marea de Pérez Henares

Iban a apedrear un gato acobardado y se toparon con un grizzly cabreado

Algunos usan y abusan tanto de las caricaturas que ellos mismo se inventan que se las acaban creyendo y las confunden con la realidad. Les pasó ayer con Rajoy. Tanto habían proclamado su debilidad y pregonado por altavoces y tertulias su medrosa condición que fueron al Parlamento, aunque fuera en el Senado, a apedrear a un gatito asustado y se tropezaron con un oso grizzly cabreado.

No es nuevo y sí recurrente. Un tiempo fue aquello de su indolencia y apatía, su vagancia vamos, que era de continuo proclamada aunque se hubiera tirado 46 horas seguidas sin dormir en Bruxellas. Un tanto agotado ese cliché vino el de su carácter mojigato y acomplejado, que era un cobarde , en palabras llanas, que no se atrevía a plantar cara y que se escondía. En esas hemos llegado a este debate. Y a su resultado. El Presiente salio bastante más entero de lo que entró, sorprendió a extraños y aún más a bastantes propios, alivió y conforto a la parroquia y en suma se fue muy vivo de la cacería que le habían preparado el rehalero Barcenas y el jefe de monteros Pedro J. con Rubalcaba y Cias en papel de escopeteros y al remate. Y anoche cuando volvieron sin piel ni zarpas ni colmillos y se miraron al espejo descubrieron que habían vuelto con mas costurones de los que tenían antes del embroque.

Rajoy planteó un discurso de entrada muy inteligente y preparado, que enmendó al menos en parte algunas graves fallas e incomparecencias del pasado. . Para ello era imprescindible el reconocimiento del error. Era algo tan obvio que todos, incluso sus acérrimos, que hasta alguno le queda, necesitan imperiosamente oírlo. Y con ello comenzó, de manera solemne, reiterándolo después en sus replicas y llamando a la bicha 16 veces por su nombre. “Me equivoque” al confiar en Barcenas. “Cometí el error de creer a un falso inocente, pero no el delito de encubrir a un presunto culpable”. Sobre ello y su derecho, y el de todos, a la presunción de inocencia en vez del veredicto ya establecido de culpabilidad que, dijera lo que dijera, ya tenían escrito Rubalcaba, Cayo Lara y la tropa de separatistas varios, elaboró su razón, su versión, su explicación, su confianza en la justicia, su demostración de que no había cedido a chantaje alguno y que si había amparado que juez, fiscales, policías e inspectores actuaran sin cortapisas, como no puede ni debe ser de otra manera.

No quiso, e hizo bien, emboscarse en los datos económicos que, es evidente aunque para nada de voleo de campanas, son cada vez más positivos. Los enumero, prima, déficit, balanza de pagos, epas, capacidad de financiación, PIB y lo dejo ahí, como la puerta que empieza abrirse tras la ruina, que eso no lo dejó pasar, su interpelante dejó en herencia y que no podía cegar en este delicado momento. Tampoco cayó en la trampa del “y tu mas y los Eres de tu padre y de tu madre”. Hablo de Barcenas, que era de lo que ayer se trataba y cerro con medias y apelaciones que todos contribuyan a que estas cosas sean cada vez más difíciles de que campen a sus anchas por nuestra política.

Rubalcaba tenía por su lado la compilación de la revista de Prensa de El Mundo, la fuente y munición de Barcenas, el SMS maldito, la petición de dimisión ya anunciada y el nuevo amago de moción de censura, un tanto ajada, aunque quizás ya, de perdidos al río, ahora la presenten. Obuses con mucha metralla pero con tacha en quien los dispara y una mala táctica de principiar con la conclusión y que se notara tanto . Dimita usted de entrada y luego ya hacemos que le escuchamos. La sorpresa del todavía líder socialista es que fueran sus palabras con las que lo ametrallaron. “Fin de la cita” será el latiguillo con que se bautice la sesión. Y las citas eran casi todas, menos una de Bertran Rusell, del presente Rubalcaba.

Rajoy salio vivo, comprometido con su palabra en sede parlamentaria. Sus tropas respiraron aliviadas. Pero que nadie piense ni por lo más remoto que esto se ha acabado. Para nada. Mañana mismo o todo lo más pasado la factoría Barcenas -Pedro J secundada por otras muchas terminales mediáticas proseguirá el medido algarazo de ora gota fria ora granizo que durara muy mucho después de que vuelvan de vacaciones los que se vayan. Habrá hitos importantes, el 13 de agosto, declaración de Cascos ahora ya no sólo fuera de disciplina alguna de partido sino enemigo declarado y el 14 la de Cospedal, el objetivo al que más inquina profesa Barcenas y al que tambien hoy apunto muy destacadamente Rubalcaba. Pero eso y lo que llegue desde ya y como contraprogramación de antemano diseñada será mañana. Hoy el campo tuvo dueño, porque salir de pie, ya era una victoria. Y además tuvo hasta ese reflejo en que antes cuando era para mal tanto nos fijábamos: la prima de riesgo cerro en 296, el tesoro coloco el máximo y por menos la emisión y la bolsa supero el listón de los 8.500 puntos. O sea, que no parecen indicativos de desplome de un Gobierno. La nuevas del paro, tras la espectacular EPA del segundo semestre y ese poder al menos decir, “casi” seis millones de parados, que no deja de ser la mayor de las angustias, se concretarán hoy mismo. Pero andarán por mas de 60 000 menos y cinco meses a la baja ahí ya por los 4,7 millones en las lista del INEM, con estos 340.000 menos en esta racha positiva que se espera mantener un mes más incluso. Luego llegará la mala. Pero ahora con su permiso yo me voy al monte, una cabezadita por los menos, y si ustedes van a la playa verán que hay muchos, un 6% largo más que el año pasado. Y eso se decía antes que eran divisas y ahora, y antes, se dice que son “perras”.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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