Bokabulario

Menudo colesterol hay en Londres

Una trama de película de ciencia-ficción cutre: un monstruo de grasa que destruye una ciudad bloqueando sus alcantarillas.

Durante tres semanas, los servicios de limpieza de la ciudad de Londres se han afanado es deshacer una bola de grasa, restos de comida y excrementos de 15 toneladas de peso descubierta en las alcantarillas de un barrio de la capital de los hijos de la Gran Bretaña.

Si bastaba ver a los ‘hooligans’ o a los universitarios británicos de vacaciones en Sitges para darse cuenta de que los súbditos de la reina Isabel II ya no son el modelo de elegancia, respeto y buenos modales de las películas de James Bond y las novelas de Agatha Christie, esta noticia nos reafirma en que tampoco saben alimentarse (Dios mío, en el Infierno se debe de comer ‘fish and chips’ y el clima ser como el de las islas) ni lavarse.

Como en España, los políticos y funcionarios que cobran por evitar y solucionar estos problemas han echado la culpa a los contribuyentes, en vez de a la falta de aplicación de los servicios de limpieza. En muchas ciudades españolas se han reducido los turnos de limpieza, pero no los asesores ni los coches oficiales.

Me gustaría pensar que detrás de la difusión de la noticia está la embajada española, pero me temo que Federico Trillo no es como Bernardino de Mendoza, embajador de Felipe II ante Isabel I, expulsado por ésta de su reino porque se dedicaba a la conspiración y al soborno a los consejeros de la Jezabel del Norte. Tanto Trillo como Mendoza son militares, pero éste lo era por haber mandado soldados en batallas, mientras que el primero lleva uniforme porque lo ganó en una oposición.

Bueno, al menos este golpe al orgullo y la salubridad de las personas se ha producido en Londres, porque de haberse conocido en Madrid, habría que haber visto los titulares de la prensa amarilla británica… y los telediarios de TV3.

CODA: Treinta turistas escoceses borrachos como cubas montaron un espectáculo en un vuelo de Ryanair a Ibiza. Al llegar a la isla española, la Guardia Civil les identificó… y se acabó. Ni 72 horas en el calabozo, ni multa, ni devolución a Escocia. Como el asesino que mató el otro día a un ciclista en Madrid. ¿Pero cómo no se van a reír de nosotros los hijos de la Gran Bretaña?

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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