La Marea de Pérez Henares

PSOE : De negar la crisis a renegar de la recuperación

Los dirigentes del PSOE, entonces en el Gobierno, se pasaron el año 2008 negando enfebrecidamente la crisis. Con esa pertinaz ocultación de la realidad, que tuvo su punto álgido en el ya paradigmático debate Solbes-Pizarro, habían ganado las elecciones. Solo reconocieron la situación en 2009, tras aquel concurso de rebautizarla con tal de no mentarla por su nombre, para sin solución de continuidad proclamar que estaba casi resuelta, los brotes verdes y otras milongas, y dilapidar lo que no teníamos, el Plan E. Solo se apearon del burro en 2010 cuando la UE los bajó a empujones y la fuerza. A ZP y su entonces “vicepresidente” virtual Méndez hubo de sacarlos la UE de su bunker visionario con lanzallamas. El vicepresidente nominal era un tal Rubalcaba, aunque se hagan denonados esfuerzos por que se olvide.
La negación de la evidencia, y los disparates cometidos para huir de la realidad, llevaron a España al borde mismo del precipicio. Y por ahí hemos rondado, asomados al embargo, que eso era el rescate, a la intervención y a una situación que por fortuna no hemos conocido pero de la que tenemos claros ejemplo en países vecinos. Su peor y más dramática consecuencia: el paro. Seis millones en números redondo con la angustia, el drama y la miseria que genera y expande. Una losa tan brutal bajo la que aún permanecemos.
Pero de otras lápidas comenzamos a emerger. De la prima de riesgo, de los intereses desbocados e imposibles de afrontar, de la recesión (puede que el trimestre pasado la subida del PIB no sea del +0,1 sino que puede alcanzar el 0,2 o incluso el 0,3), de la desconfianza mundial (de las nuestra propia nos costará más) y en otros territorios las cosas parecen pintar mejor, los datos de exportación, de producción industrial, de turismo, de ingresos. Las perspectivas son, innegablemente, mejores. Lo dicen fuera y hasta ya lo dicen dentro. Incluso los 300 profetas del Apocalipsis económico que inundaban las tertulias anunciándolo para mañana. Es más, hasta los datos del paro comienzan a ser perceptiblemente algo mejores. Se han encadenado seis meses a la baja y septiembre, aunque ha subido, no puede considerarse negativo pues supone una evidente mejora con respecto a años anteriores e incluso algunas comunidades, con Castilla-La Mancha a la cabeza, ofrecen datos muy positivos. En esta última región, que partió del peor escenario, el BBVA diagnostica crecimientos superiores a la media nacional. Algo está cambiando y ha cambiado ya. Tardará más en notarse en el empleo pero se notara también. Sobre todo si la previsión de crecimiento gubernamental se queda corta como dicen casi unánimemente los analistas internacionales que ya no aconsejan salir corriendo de España sino invertir en ella. Solo nos faltaría que Montoro aflojara el dogal, sobre empresas y bolsillos y a lo mejor hasta le hacíamos caso y asombrábamos al mundo. Que tampoco, que nosotros con salir de esta nos conformamos.

No supimos hasta que tuvimos el agua al cuello, y además nos engañaban, lo que se nos venía encima. Puede que ahora tardemos igualmente en percibir que las aguas están bajando. Pero resulta especialmente clamoroso el discurso de la oposición al respecto, que era, no se olvide, el gobierno anterior. Los que negaban enfebrecidamente la crisis son hoy quienes niegan y reniegan, auguran aún peor tiniebla y heladas perpetuas, la posible recuperación. Suponen, parece, o al menos como tal actúan, que la salida del agujero será su definitiva condena a él.

Pero no está en el hoyo el Partido Socialista únicamente por sus dislates económicos. Quizás mañana esos pasen a nuestra memoria como secundarios y de lo que hayamos de señalarlos como responsables sea del cada vez más envenenado asunto del separatismo catalan. Otra vez nos aparece el viejo mantra socialista de negación de la realidad . No pasaba nada. Los que avisaban de la deriva, del odio a España que se inoculaba, del pisoteo de todo aquello que compartiamos, eran-éramos- señalados como ultras, tachados de fascistas o como poco de alarmistas separadores. Zapatero, del ramal de Maragall, se cisco en los principios constitucionales, Montilla remato faena de tonto útil con ERC y ahí están los que hace nada eran un puñado de ultramontanos gobernando Cataluña y con la hoja de ruta precisada en plazo y forma hacia la secesión. Y ahí sigue, en su papel de solemne bobo bipolar, el PSC y ahí anda Rubalcaba haciendo el cataplasma porque no tiene ni el mínimo cuajo de defender a España. Ni siquiera su partido al que esa traición está acabando de sepultar .

Resulta estremecedor recordar como ayer mismo los portavoces y voceros de la izquierda, y hoy muchos siguen en ello, a quienes jaleaban, amparaban y defendían era a los separatistas, a su fraudulentos y ladrones-porque nos lo roban a todos-derechos de decidir. Resulta doloroso recordar como era el socialismo quien se metía en todas las camas del nacionalismo y como encima nos hacían pagarla a todos, amen de recibir admoniciones por no ser consentidores o insultos por señalar el ayuntamiento. Cuentan que el propio ZP iba hace unos días en la fiesta de la embajada de USA de corro en corro y con cara contrita advirtiendo de los peligros y de la situación de ruptura de España. ¿Será tan cínico? ¿O simplemente tuvimos un perfecto imbécil como presidente?. No se acuerda que fue el, precisamente él, el colaborador imprescindible y necesario y hasta el inductor del desatino.

Ahora que algunos, no crean que tantos, parecen haberse caerse del guindo o, como en lo otro, haber sido bajados a palos del burro, empiezan a percibir la inmensa gravedad de lo que amenaza nuestra Nación, nuestra Constitución, nuestros derechos, nuestras leyes y nuestra convivencia, no vendrá mal recordarselo. Pero bienvenidos, aunque tardíamente, sean a la razón. Bienvenida la nueva presidenta andaluza, Susana Díaz, que expresó con total claridad lo que estoy seguro que muchos socialistas deseaban oir. Y que no oyen casi nunca y menos al tandem Rubalcaba-Valenciano y que no son, como se ha querido despectivamente calificar, opiniones de la “vieja guardia” sino principios esenciales y fundacionales del socialismo español.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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