Hoy la llamada extrema derecha europea ha ocupado el lugar de la izquierda como denunciante de las corrupciones y las mentiras del Sistema. (@pfbarbadillo)
¿Por qué la izquierda europea se está hundiendo desde hace unos años y tiene que recurrir a hacer la revolución en la cama para obtener votos? Pues porque se ha convertido en la parte más repugnante del Sistema y no puede ocultarlo. Porque los obreros que quedan y las clases bajas ya no se sienten atraídos por unos dirigentes de izquierdas a los que nada distingue de los caciques, los señoritos y los siervos de la oligarquía que les han presentado durante décadas. Por ejemplo: el español Felipe González se hace latifundista en Extremadura y el alemán Gerhard Schröder se convierte en asalariado de los Rothschild.
Marine Le Pen ha reprochado a Hollande y a Sarkozy que hayan convertido a Francia en «la puta de Qatar y de Arabia Saudí» al intervenir en Libia y Siria a favor de los integristas islámicos. Leed y pasmaos, ya que os sentiréis adheridos a Marine Le Pen:
«Los gobernantes franceses han hecho de nuestro país la puta de emires barrigones, la puta de Qatar y de Arabia Saudí», ha afirmado Le Pen durante una entrevista con la radio francesa Europe1. «Esto da sentido a mi lucha por el orgullo de nuestro país», ha añadido.
Así, Le Pen ha acusado al gobierno actual del presidente François Hollande y al anterior de Nicolas Sarkozy de «intervenir en Libia y en Siria para apoyar el fundamentalismo islámico terrorista».
Esta política, para la líder ultraderechista, supone un «error histórico». «El fundamentalismo islámico, como el de Al Qaeda, está recibiendo la ayuda absolutamente de varias capitales europeas» proporcionando asesoramiento e incluso armas en el caso de Siria.
En ese sentido, Le Pen ha defendido la continuidad en el poder del presidente sirio, Bashar al Assad, como la solución «menos mala», ya que se trata de elegir «entre el fundamentalismo islámico y un poder autoritario (…) y laico que sea capaz de preservar a las minorías étnicas y religiosas».
Mientras tanto, Mariano Rajoy ha sido incapaz de plantear un debate en el Congreso para fijar la posición de España sobre Siria.
Si la izquierda expañola hablase como Le Pen quizás tendría alguna oportunidad electoral, pero como apoya los planes separatistas y clasistas de la oligarquía catalana, se abraza con los inmigrantes musulmanes (sobre todo marroquíes), que cree que le ayudarán a hacer la revolución, está enchufada al presupuesto y admira a la ETA, me parece que seguirá, merecidamente, en el hoyo. ¡Pero si le echan la culpa del desastre educativo de los españoles a Franco cuando la educación ha sido uno de sus cotos cerrados en los últimos 30 años!
¿Por qué no tenemos una izquierda europea?
