Oír hablar al PSOE de pucherazo en Castilla-La Mancha produce un estupor considerable. Fue precisamente Barreda quien lo intentó de la manera más burda con una ley electoral que perseguía el poder obtener más escaños a pesar de tener menos votos. Que en un tris estuvo de lograrlo de no haber sido por Guadalajara El truco era hacer pares todas las provincias en las que perdía, excepto Ciudad Real y con ello y un puñado de votos obtener un diputado regional más. Los más de 15.000 votos de diferencia obtenidos en Albacete y Toledo por el PP no le sirvieron de nada y unos cuantos centenares de diferencia en Ciudad Real hacían caer en la saca socialista el escaño que podía haber sido decisivo y no lo fue porque los populares alcarreños rompieron el empate y consiguieron un 5-3. De no haber sido así Barreda hubiera gobernando a pesar de haber obtenido cerca de 60.000 votos menos que Cospedal.
Quizás por el, el martes en el Congreso, ni Barreda ni ningún otro diputado socialista de la región se atreviera a subir al estrado y tuviera que ser la vallisoletana Soraya Rodríguez quien defendiera su postura contra la reforma electoral que ahora pretende el PP y que supone rebajar a la mitad el numero de diputados actuales después de haber consumado ya en las Cortes Regionales la supresión de sus sueldos, sustituyéndolos por dietas de asistencia. Algo que goza de gran apoyo ciudadano y hace echar pestes en voz alta a la casta política. A los socialistas en publico y en la prensa y a algunos del PP en privado.
Lo cierto es que si existe una sensación mayoritaria en el conjunto de la población española es que a todo hijo de vecino le ha tocado o caído en cercanías un ERE y que los ajustes han alcanzado a todos menos a los políticos. Es más, se resisten como mulas en cuanto les tocan. El número de diputados autonómicos, sin ir más lejos, supera los 1268 y cuando se pretende reducir claman que se ataca la democracia. Sucedió en Madrid donde PSOE e IU impidieron la reforma a pesar de que hay una cámara con ¡129 escaños!.
La presidenta de Castilla-La Mancha ha sido pionera en este aspecto y no solo por ello y por lo de los sueldos. Su reducción de cargos, asesores y organismo inútiles o triplicados ha sido drástica. Uno de los casos, un privilegio descarado, que retrata a quienes se amparan en supuesta defensa de democracia cuando lo que defienden son prebendas fue eliminar el que los ex altos cargos socialistas en la Comunidad que tenían condición de funcionarios, a su vuelta al puesto de trabajo cobraran un complemento a su salario, solo por haber sido “políticos”, que alcanzaba en ocasiones cerca de 10.000 euros anuales. Pues bien más de setenta de ellos han recurrido judicialmente. Muy igualitario y socialista todo. Y el postre fue salirse de una votación, para impedir, en ella hacia falta algo más de la mayoría absoluta, el eliminar el salario, secretarias, despacho y chofer que hay que seguir pagando al “pobre” ex presidente Bono. Y luego dicen que el PSOE no remonta en las encuestas. Es que estas cosas se saben
