Este martes, 14 de enero de 2014, José Apezarena publica en El Confidencial Digital una columna titulada Violencia no llama a violencia, en la que arranca diciendo:
Los violentos incidentes de Burgos han sorprendido, por lo inusual de que existan altercados de tan extremo cariz en esa habitualmente pacífica ciudad castellana.
Y han empezado también a inquietar. Porque no faltan quienes quieren ver en esos episodios el inicio del estallido social que algunos pronostican, y hasta desearían, como reacción a la crisis que sufre el país. Sin embargo, pienso que tal predicción es equivocada.
Añade Apezarena:
Desde luego, parece claro que, si no hubieran existido esos grupos incontrolados y agresivos, sin los actos de vandalismo, la movilización en el barrio de Gamonal seguiría sin ser conocida por nadie, mientras que ahora abre los telediarios. O sea, que la violencia parece que acarrea situaciones de ventaja.
Y concluye:
Nadie está por romper, destrozar e incendiar. Y la prueba es que los propios vecinos intentan ahora impedirlos.
En fin, que yo no creo que violencia atraiga violencia. No en este país. No por ahora. Y, por tanto, no me creo lo del estallido social inminente. Porque, si lo creyera, estaría francamente preocupado. Y con razón.