Este jueves, 16 de enero de 2014, Jorge M. Reverte publica en El País una columna titulada ‘Aburrimiento’, en la que arranca diciendo:
Felipe González ha dicho que se aburre en el Consejo de Administración de Gas Natural, una de las mayores empresas de este país. Yo hasta ahí le comprendo. Debe de ser un peñazo asistir una vez al mes a una reunión como las de ese sitio.
Añade que:
González se expresó así para mostrar su desdén por el dinero que recibía de la empresa, unos 125.000 euros anuales por asistir a una docena de aburridas sesiones. En un país con seis millones de parados y un 25% de personas en la pobreza o en riesgo de alcanzarla, decir que se aburre de ganar dinero es un insulto a la ciudadanía.
Y concluye:
Gerhard Schröder, ahora alto ejecutivo de la poderosa Gazprom de Vladímir Putin; José María Aznar, que casi no tiene tiempo para asistir a consejos de administración; Pedro Solbes, que cobra de Barclays Bank o la energética Enel. Otros.
Hombres que han tomado decisiones que afectaron a empresas millonarias. ¿No sería mejor que se aburrieran en lugares que nos provocaran menos inquietud?