Este jueves, 16 de enero de 2014, Gabriel Albiac publica en ABC una columna titulada ‘Los dos cuerpos de Hollande’, en la que arranca diciendo:
Los dos cuerpos del rey es el más eminente de los estudios de alta erudición en torno a la teología política de la cual nace el Estado moderno: la monarquía absoluta de Luis XIV, primero; un siglo después, la Revolución y la República. A François Hollande le hubiera convenido anteayer, en lo académico, hacer explícita su referencia a la obra publicada en 1957 por el gran Ernst Kantorowicz. No lo hizo. Pero tampoco parecía necesario
Añade que:
Rueda de prensa del martes. Nada acerca de la vida sexual del presidente. Esa es intercambiable con la de cualquier cuerpo ciudadano, y, como tal, inaccesible a responsabilidad política. «Los asuntos privados se tratan en privado», declara. Sin réplica de nadie. No hay delito en los libres juegos sexuales entre adultos.
Y concluye:
Pregunta, pues. Muy distinta: «¿Sigue siendo Valérie Trierweiler» -cónyuge hasta hoy de François Hollande- «la primera dama de Francia?» Lo que equivale a: «¿Sigue disponiendo de una secretaría propia, con cargo a los presupuestos del Estado, y hasta cuándo?». Y esa cuestión -en la cual se juegan fondos públicos- atañe al segundo cuerpo del presidente: el que es pagado con fondos públicos.