Este martes, 21 de enero de 2014, Pilar Rahola publica en La Vanguardia una columna titulada ‘El porro’, en la que arranca diciendo:
Sólo faltaba Obama haciéndose el moderno para que el tema se banalizara planetariamente. Aunque tratándose de Obama, la sorpresa es mínima porque siempre me ha parecido un Zapatero bis, con tanta retórica bien decorada como manifiesta vacuidad
Añade que:
Dice Obama que la marihuana no es más peligrosa que el alcohol o el tabaco, y cuando podríamos sospechar lo contrario, asegura que la legalización no es la panacea, o sea que no, ¿ergo what?
Y concluye:
Es necesario reclamar un tono menos banal para hablar de las drogas blandas, porque ni son blandas ni son banales. Y lo digo con la experiencia de formar parte de una generación que pagó las consecuencias de abrir esa puerta con inconsciencia