Este viernes, 24 de enero de 2014, Emma Riverola publica en El Periódico de Catalunya una columna titulada La España invicta, en la que arranca diciendo:
El próximo domingo se cumplirán 75 años desde que una muchedumbre con el brazo en alto diera la bienvenida al Ejército victorioso que enfilaba las calles de Barcelona. Setenta y cinco años desde que la portada de La Vanguardia saludaba con un «Barcelona para la España invicta de Franco». A partir del 26 de enero, en Catalunya, fue algo más que un periódico lo que se puso «al servicio de España y del Generalísimo Franco».
Añade que:
Los que habían aprendido a sacar tajada de un bando supieron beneficiarse de los nuevos tiempos. Los que habían huido por temor a las represalias tardaron años en desandar la dramática partida. Muchos otros se quedaron y vivieron su particular exilio interior.
Y concluye:
Hace 75 años, en la misma ciudad que ahora revive la historia desde el sesgo simple y oportunista del «España contra Catalunya» hubo barceloneses derrotados y vencedores. Basta con preguntar a los mayores para saber lo que la propaganda quiere borrar. La revisión de la historia bajo la soflama de las banderas nos conduce a la épica literaria. Conmovedora, movilizadora… y tan tendenciosa como algunos titulares de la prensa.