Este domingo 26 enero 2014 Jaime González titula ‘Hasta ese extremo hemos llegado’ su análisis de opinión en el diario ABC:
«El paseíllo –esa rampa de cuarenta metros que conduce a los juzgados de Palma– es ya un corredor de estigmas. Quien desciende la cuesta lleva cosida a su cintura la sombra del reproche, un marchamo de culpabilidad nada presunta. Podrían llamarla «Camino del Calvario», porque el mero hecho de bajarla lleva implícita una condena social. Hasta ese extremo hemos llegado: que la sentencia sea caminar entre los muros que conducen al juzgado.»
Añade:
«Ayer lo hicieron los inspectores que exoneraron a la Infanta Cristina de haber cometido un delito fiscal. Sobre ellos planea también la sombra del reproche: que si cumplieron órdenes del Gobierno, que si interpretaron las cuentas en beneficio de la hija del Rey, que si hubiera sido otra persona el resultado habría sido distinto… Cualquiera que realice el paseíllo lleva en su espalda un bulto de sospecha, como si caminar cuesta abajo fuera la prueba del delito.»
Y concluye:
«Hoy por hoy, el único que puede descender sin temor al estigma social es Castro. […] Y lo peor es que cuando todo esto termine -no descarto que me coja jubilado-, el proceso seguirá abierto, sea cual sea el resultado. La desconfianza se abrirá paso entre los folios timbrados del juzgado y se extenderá como un reguero de pólvora por el «Camino del Calvario». Hasta ese extremo hemos llegado.»
