La Marea de Pérez Henares

Los «tertucandidatos»

Las tertulias han alumbrado una pléyade de candidatos para las elecciones europeas. Los “tertucandidatos” van a convertirse en la espuma del oleaje político en los próximos comicios. Es una simple constatación, dicha a priori sin ánimo descalificador , hasta puede que tenga pensado votar a alguno, de una realidad visible y palpable. Otra cosa, es a posteriori, el resultado y en lo que culminará la marejada.
Los debates han sido el vivero en el que se han ido desarrollando, adquiriendo porte y ahora se disponen a que las urnas los trasplanten ya a los campos del escaño, en este caso los mejor regados del mundo, pues nada hay mas feraz, en este aspecto, que Bruselas.

Iniciar la carrera política en una tele es ahora mucho más plausible que el hacerlo a base de trepar lentamente por las agrupaciones e ir escalando por las sinuosas paredes del partido. Y es preciso reconocer que al menos, y de inicio, la exposición pública resulta mucho más arriesgada y supone el salir a cuerpo gentil a la plaza de la opinión pública.

El fenómeno, aunque no exclusivo, se desarrolla con mucha mayor extensión en los nuevos partidos, plataformas u organizaciones que pretenden disputar el territorio a los mayoritarios. Los que pretenden emerger pescando en el caladero del bipartidismo encuentran ahí donde echar el anzuelo.

Luego hay de todo. Políticos que metidos a tertulianos intentan que no se les escape el asiento como el caso de Vidal Cuadras (me secretean que antes de Vox hizo aproximación a UPyD) , pretendidos “tribunos de la plebe” como Pablito Iglesias que suponen tener un nicho propio o profesionales como Nart o Girauta, abogado el uno, periodista el otro, que han decidido dar un paso más e implicarse en una aventura que consideran ilusionante y a la que les empuja un deber cívico. No serán ya los primeros comunicadores que recorren el camino, ya lo hizo Irene Lozano quien ahora ocupa asiento por UPyD en el Congreso de los diputados.

Nada que objetar a la tendencia. En todo caso la cuestión a discutir no ha de venir por ahí sino por el otro lado. La presencia de de políticos, de grandes y pequeños partidos, en las tertulias, como si de analistas independientes se tratara está viciando cada vez más, aunque haya periodistas que les superen en sectarismo y “brazo de madera” partidista, la propia esencia del debate. Un político se debe a la disciplina de su partido y a su argumentario. No va a contrastar opiniones ni a escuchar lo que diga quien tiene al lado o enfrente sino a exponer su “doctrina” y a aplastar al enemigo. No hay posibilidad alguna de reflexión, ni de cambio de opinión ante razones. Resulta pues un elemento de distorsión que cada vez es, sin embargo, más común. Porque ya a veces lo raro es encontrarse en una de esas mesas con un compañero de la profesión periodística.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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