Este viernes, 7 de febrero de 2014, Jaime González publica en ABC una columna titulada ‘Juez y parte’ en la que arranca diciendo:
La imagen clásica de la justicia la representa una mujer con los ojos vendados, un símbolo de imparcialidad que remite al principio de igualdad ante la ley. Con una mano, sostiene una balanza en señal de equilibrio; con la otra, una espada en posición de descanso
Añade que:
El verdadero problema de fondo está en que la política ha roto la separación de poderes y convertido el ámbito judicial en un coto privado de intereses partidistas
Y concluye:
Ese es el drama: que para ascender en el escalafón de la judicatura prime más la proximidad al PSOE o al PP que el mérito y la profesionalidad